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27 de septiembre de 2012

eloriente.net (Oaxaca, Oax.) 27 de septiembre de 2012.-  El 26 de septiembre de 2003 se instauró en Uruguay por primera vez el “Día de la Prevención del Embarazo Adolescente”, a iniciativa de instituciones públicas y privadas preocupadas por la educación y  el fomento del ejercicio de la sexualidad responsable en los jóvenes. En 2005 se sumaron a esta   celebración varios países de América Latina y en 2007 se impulsó la iniciativa a nivel global con la celebración del World Contraception Day.

El Día Mundial de Prevención del Embarazo Adolescente no Planificado en Adolescentes tiene como objetivo crear conciencia entre los jóvenes para que conozcan las diferentes alternativas anticonceptivas que existen y puedan tomar decisiones informadas sobre su salud sexual y reproductiva, con el fin de
prevenir el alto índice de embarazos no planificados en adolescentes que ocurren a nivel mundial.

Actualmente, el Día de la Prevención del Embarazo Adolescente está registrado en varios calendarios de naciones latinoamericanas como día oficial y en México la iniciativa para la instauración de este día como fecha nacional se encuentra aprobada por la Cámara de Diputados, desde el 8 de diciembre de 2011.

En México una décima parte de la población es adolescente. Existen 11 millones 26 mil 112 personas  entre los 15 y 19 años de edad, de las cuales 49.9 por ciento son mujeres y 50.1 por ciento son hombres.

De las adolescentes que han tenido relaciones sexuales, seis de cada diez no utilizaron anticonceptivos durante la primera vez, lo que conduce a suponer que no se percibe el riesgo de tener relaciones sexuales sin protección, tanto por parte de ellas como de sus compañeros.

De acuerdo con datos del INEGI, aunque la mayoría de las mujeres de entre 15 y 19 años dice tener conocimientos sobre métodos anticonceptivos, menos de la mitad de quienes están casadas o unidas los utilizan y entre las solteras el porcentaje es de solamente 4.5 por ciento . Esta situación conlleva el riesgo
de embarazos no planeados o de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS), tales como VIH/Sida y Virus del Papiloma Humano (VPH).

A pesar de que la tasa de fecundidad a nivel nacional ha disminuido, no sucede igual en el caso de las adolescentes. Por el contrario, a inicios de los noventa, 12.1 por ciento de las mujeres de 15 a 19 años había tenido al menos un/a hijo/a, mientras que para 2009 este porcentaje alcanzaba el 15.5 por ciento. Además, dos de cada diez adolescentes alguna vez embarazadas han tenido más de un embarazo.

Ser madre o padre adolescente suele iniciar una cadena de problemas: inserción laboral temprana, responsabilidades económicas, menores oportunidades educativas e incluso abandono escolar, así como posibles riesgos biológicos para la madre y el/la bebé, todo ello sumado a la pérdida de vivencias propias de la adolescencia y a contextos de exclusión y desigualdad. Esta problemática obliga a redoblar esfuerzos para que la maternidad y la paternidad sean una cuestión de elección y no de obligación.

El Instituto Nacional de las Mujeres señala que para provocar cambios significativos en la conducta y prevenir embarazos no planificados en adolescentes es necesario trabajar sobre sus proyectos de vida, autoestima, sentido de responsabilidad, cuidado de la salud y fortalecimiento personal para toma de decisiones.

Foto: INMUJERES