Por: Vicente López Portillo

Twitter  @vicentelpc

Faltan cuatro días para que termine la quincena y ya no tienes dinero. Lo peor de todo es que ni siquiera sabes en qué te lo gastaste. ¿Te suena familiar? De ahí la importancia de elaborar tu presupuesto familiar.

Hoy es un buen día para iniciar cambios en tus hábitos financieros: comenzar por elaborar un presupuesto y un plan financiero personal que te ayude a conocer cuánto te costará alcanzar tus metas en pesos y centavos.

Un presupuesto es un registro de ingresos y gastos que debe llevarse por escrito −no mentalmente− pues de esta forma es más fácil organizar nuestras cuentas. Con un presupuesto tienes mayor control de tu dinero e identificas en qué y cuánto gastas para conocer tu capacidad de pago.

El primer paso es registrar tus ingresos, que es el dinero que recibes. Los ingresos fijos son las entradas regulares, como un sueldo o una pensión. Y por su parte, los ingresos variables son entradas cuyo monto cambia de un mes a otro e incluso de un día para otro. Haz un esfuerzo por cubrir tus necesidades básicas con tus ingresos fijos. Los ingresos variables se pueden destinar, por ejemplo, a pagar deudas o a crear un fondo de ahorro para emergencias.

Como segundo paso, deberás identificar tus gastos tanto fijos y variables que te permitirá conocer con exactitud cuánto dinero destinas a cada concepto. Es probable que al principio tengas dificultades para empatar tus gastos estimados con tus gastos reales, pero no te desesperes: el objetivo inicial no es ser preciso, sino comenzar a poner orden en tus finanzas: hacer un balance de tu situación actual que te permita identificar dónde está el problema.

Al final, al comparar tus ingresos con tus gastos, tendrás tu situación financiera real que te ayudará a conocer en dónde debes mejorar para sanear tus finanzas. Si el resultado es positivo, sabrás tu capacidad de pago y cuánto puedes ahorrar e invertir.

No existe una regla para diseñar un presupuesto ideal, éste debe adaptarse a tus circunstancias de vida, a las prioridades de tu familia y a la relevancia que tiene cada gasto para ti. El dinero no da la felicidad, pero su buena administración sí contribuye a evitar preocupaciones que, a la larga, pueden transformarse incluso en problemas de salud.

Y recuerda, cuida tu dinero.

Foto: Alviseni, Algunos derechos reservados.