4 de octubre de 2013
Por Marcos Daniel Aguilar
Enviado
VERACRUZ, México, (N22).- El escritor español Vicente Molina Foix, Premio Nacional de Narrativa en su país, se encuentra en esta edición del Hay Festival para hablar sobre su obra poética, pero también sobre su obra cinematográfica.
«Empecé como poeta en una antología que salió en España en el año 70. El tiempo que lleva por nombre, Los nueve novísimos y que dio nombre a una generación, ha tenido una importancia en la poesía española». Este año salió La Musa Furtiva, compilación completa que abarca desde aquellos años que el grupo de los novísimos estuvieron influenciados por el irracionalismo, la poesía francesa y latinoamericana hasta los últimos poemas inéditosdel autor. «Nunca he dejado de escribir poesía».
La característica principal de este grupo era el querer romper con una tradición de poetas simbolistas o modernistas. Pero Vicente acentúa que más bien era romper con una tradición española de poesía realista social, «entonces ocho de los nueve éramos jóvenes comprometidos». En este grupo se encontraron nombres como Vázquez Montalbán, Leopaldo Panero, quienes estuvieron en la cárcel y de los integrantes Molina aseguró que tuvo problemas en la universidad con Feliz de Azua por la posición hacia el general Franco.
«Nosotros, quizá por una actitud un poco snob, jóvenes y rompedores, buscábamos modelos fuera, nos interesaba Paz a través de Gimferrer, un discípulo de Paz; me interesaba Lezama Lima, Girondo, y tuve la oportunidad de leer una antología que me marcó mucho de los contemporáneos mexicanos: Villaurrutia, a quien le hago un homenaje con una variación de sus versos que leeré aquí».
El cine ha sido un influjo para el escritor, siempre ha estado ahí en su cabeza, tal es el caso que en un momento dado nunca pensó hacer cine como director: «pensaba que había que sufrir mucho para hacer cine, pero hace ocho años escribí un guión, un productor lo quiso comprar y ahí surgió la primera película,Sagitario. Años después con base en un cuento y al encontrar financiación, los derechos habían vuelto a mí y ahí está El dios de madera«.
La película es una fábula social y sentimental, trata de la relación que los europeos tienen con los inmigrantes que han irrumpido en su panorama. «La importancia de que en este Siglo XXI debe tener la crítica de corte social y estético ético por parte de los escritores», comentó acerca del filme que produjo en 2010.
Según con Molina, el intelectual debe hacer bien su obra, pero como sujeto social tiene más facilidad para manifestarse, es importante este momento de los valores en Europa, en donde hay una crisis que no se ha sabido gestionar bien a un problema como la inmigración y ha dado origen a situaciones racistas en sociedad europeas.
 
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