eloriente.net

15/agosto/2014

El artículo de hoy nos llega vía The Huffington Post, en el que Bronnie Ware, una cantautora australiana, nos comparte sus experiencias tras haber pasado varios años cuidando personas en sus últimas semanas de vida. Ella escribió un libro titulado «The Top Five Regrets of the Dying – A Life Transformed by the Dearly Departing», algo así como «Los Cinco Máximos Arrepentimientos de los Moribundos – Una vida transformada por la partida de los seres queridos», en el que relata parte de su vida y cómo esta se transformó a través de las pláticas con sus pacientes.

«Por muchos años trabajé en cuidados paliativos. Mis pacientes eran aquellos que estaban en casa para morir. Compartimos algunos momentos increíblemente especiales. Estaba con ellos durante sus últimas 3 a 12 semanas de vida»

La gente madura mucho cuando están enfrentados con su propia mortalidad, ella aprendió a nunca subestimar la capacidad de maduración, incluso en esta etapa final de la vida. En esta experiencia, pudo constatar una variedad de emociones: negación, miedo, ira, remordimiento, más negación y eventualmente la aceptación. Cada uno de sus pacientes encontró la paz antes de su partida, todos y cada uno de ellos.

Al preguntarles sobre los arrepentimientos que tuvieron o algo que hubieran hecho de forma diferente, muchos temas comunes salieron, entre ellos:

1. Hubiera deseado tener el coraje de vivir mi vida de acuerdo a mí, no la vida que los otros esperaban de mí.

El arrepentimiento más común de todos. Cuando la gente se da cuenta que su vida está casi terminada y echan la vista hacia atrás, es fácil darse cuenta de que se están yendo de este mundo sin cumplir muchos sueños. La mayor parte de las personas no cumplieron ni la mitad de sus sueños y tienen que morir sabiendo que eso fue producto decisiones que tomaron o que no tomaron. Es importante tratar de cumplir los sueños, al menos algunos y en el momento adecuads; porque al perder la salud ya es demasiado tarde, esta te brinda una libertad de la que pocos se dan cuenta hasta que no la tienen más.

2. No debí trabajar tanto.

Esta proviene de cada paciente masculino que Ware cuidó. Ellos se perdieron de la infancia y juventud de sus hijos y de la compañía de sus esposas. Quedaron envueltos en el ritmo diario del trabajo durante toda su vida adulta.

Debemos simplificar el estilo de vida y tomar decisiones razonadas, pueden hacer la diferencia para trabajar menos tiempo,  solo necesario y tener tiempo libre para compartir con la familia y seres queridos.

3. Debí tener el coraje de expresar mis sentimientos.

Mucha gente contuvo sus emociones para no meterse en problemas con los demás. Como resultado, ellos tuvieron una existencia mediocre y nunca se convirtieron en lo que realmente hubieran sido capaces de llegar a ser. La mayoría de sus pacientes desarrolló enfermedades relacionadas a la amargura y al resentimiento que guardaron.

No podemos controlar las reacciones de los otros. Decir las cosas honestamente puede provocar tensiones en primera instancia, pero las relaciones verdaderamente importantes y que aportan a nuestra vida, superan esta etapa con creces y se mueven a un nivel mucho más sano. Si no es así, la relación no valdrá más la pena en tu vida. De esta forma, expresar tus sentimientos es un ganar-ganar.

4. Desearía haber permanecido en contacto con mis amigos.

Los beneficios de una amistad completa nunca fueron enteramente comprendidos por los pacientes sino hasta las semanas finales de su vida, cuando ya no es posible regresar en el tiempo. Gran parte de las personas, dejaron morir sus mejores amistades con el paso de los años. Existen muchos arrepentimientos por no haberle dado a los amigos el tiempo y el esfuerzo que ellos merecían. Todos extrañaban a sus amigos al momento de la muerte.

Al final, ya no seremos capaces de manejar nuestros propios asuntos y lo único que quedan son el amor y las relaciones.

5. Debí permitirme ser más feliz

La gente no se da cuenta que la felicidad es una elección. Ellos estuvieron atascados en viejos patrones y hábitos, convenciéndose a sí mismos que eran felices o bajo un concepto erróneo de felicidad, cuando en el fondo solo querían reír de forma natural y hacer tonterías de vez en cuando en la vida.

En el lecho de muerte, no importará lo que otros piensen de ti. Es maravilloso ser capaz de dejar pasar todo y reír otra vez, y mejor si es mucho antes de morir.

La vida es una elección, es TU VIDA. Escoge con conciencia, con sabiduría, con honestidad. Escoge felicidad…

Foto: Algunos derechos reservados por JD Hancock

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