eloriente.net
19/septiembre/2014
«Y las hojas caen…»
Cuando todo duerme, mujer querida,
y susurra inmensa Ilusión el alma;
suaves versos acompañan mi calma
de saber tu sonrisa sucedida.
Cuando al calor de tu abrazo, divina,
tu aliento la vida a mi ser empalma,
eterna, Mariane, Poesía ensalma
de mi rostro aquella pasada herida.
Cuando al espasmo de un beso te entregue
la caricia, el aliento, mi existir…
y en un ser desbordemos al instante,
Cuando la envidiosa Luna nos ruegue,
Anhelante, el perfume de un fluir,
sólo entonces, luz, me sabré tu amante.
Foto: Omar Alejandro Ángel
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