Por Angel Abril Ruiz

eloriente.net

7 de diciembre de 2017

Armando Manzanero es uno de los cantautores más conocidos y exitosos de México. Todos hemos escuchado alguna de sus canciones, ya sea en su voz o en la de alguien más. Y es que sus letras y melodías han llegado a sonar en las voces de artistas como José Alfredo Jiménez, Alejandro Fernández, Celia Cruz, Luis Miguel, Cristina Aguilera, Frank Sinatra y hasta Elvis Presley.

Hoy 7 de diciembre, Manzanero cumple 82 años, por esa razón en El Oriente quisimos incluirlo en nuestra legendaria sección «La historia detrás de…».

Elegir el tema para este propósito resultó una tarea titánica, pues el Maestro cuenta con una infinidad de canciones memorables, sin embargo nos resultó en especial curiosa la inspiración que lo llevó a componer Por debajo de la mesa, tema interpretado también por numerosos cantantes como Luis Miguel. La historia te la dejamos a continuación junto con la letra.



Letra Por debajo de la mesa

Por debajo de la mesa
acaricio tu rodilla y bebo
Sorbo a sorbo tu mirada
Angelical y respiro de tu
Boca esa flor de maravilla
Las alondras del deseo
Cantan, vuelan, vienen, van

Y me muero por llevarte
Al rincón de mi guarida
En donde escondo un beso
Con matiz de una ilusión
Se nos va acabando el trago
Sin saber qué es lo que hago
Si contengo mis instintos
O jamás te dejo ir

Y es que no sabes lo que tu me
Haces sentir
Si tu pudieras un minuto
Estar en mi
Tal vez te fundirías
A esta hoguera de mi sangre
Y vivirías aquí y yo abrazado a ti

Y es que no sabes lo que tú
Me haces sentir
Que no hay momento que
Yo pueda estar sin ti
Me absorbes el espacio
Y despacio me haces tuyo
Muere el orgullo en mi
Y es que no puedo estar sin ti

Me absorbes el espacio
Y despacio me haces tuyo
Muere el orgullo en mi
Y es que no puedo estar sin ti

Armando Manzanero

Habla sobre el tema en 2015. Ante varios reporteros que lo abordaron en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, llegó al punto en el que mencionó cuál fue su inspiración al escribir Por debajo de la mesa.

«A mi mujer, cuando yo la veía para tomar café (…) cada que se sentaba, metía la mano por debajo de la mesa, le subía un poquito la falda y le decía ¿cómo está esa cosa tan rica».

Posteriormente comentó: «No hay una mujer que no ame, que no le guste, que el hombre que la ame la acaricie o la halague». Después habló sobre las musas y mencionó que para él no existen, lo que el autor tiene son ganas de expresarse.

Por Angel Abril Ruiz
Por Angel Abril Ruiz