Los temas de conversación de la última semana en México se han centrado mayoritariamente en los resultados de las elecciones del pasado 2 de julio y respecto a las perspectivas que cada uno de los ciudadanos generamos al pensar en los próximos seis años.

En este sentido, considero que es importante la generación de expectativas – los mexicanos según varios estudios somos optimistas ante el futuro – pero, antes, es considerable tomar en cuenta en qué condiciones se encuentra nuestro país actualmente para enfrentar el cambio del Poder Ejecutivo.

Previo a las elecciones siempre se habla del “blindaje del sistema económico”, esto es básicamente evitar que los resultados y el cambio de poder en diciembre alteren drásticamente el sensible equilibrio de las finanzas públicas, el tipo de cambio y el régimen bursátil; interpretado como “mandar buenas señales” al mercado para generar certidumbre.

Sin embargo, debemos considerar que actualmente  nuestro país se enfrenta a la inestabilidad financiera del contexto internacional, marcado principalmente por la crisis de la zona euro, con especial seguimiento a la situación en Grecia, España, Italia y Portugal; el proceso de recuperación de 2009 en Estados Unidos; las reformas económicas de Argentina, que en nuestro caso aplica respecto al sector automotriz; la guerra en Siria, entre otras.

En cuanto al desempeño macroeconómico mexicano, éste muestra relativa fortaleza, donde los indicadores resaltan que se han logrado sortear los embates del exterior; por ejemplo, según la SHCP en los últimos seis meses la economía se encuentra en un proceso de expansión, debido a que el PIB registró un crecimiento anual de 4.6% durante el primer trimestre de 2012; la demanda externa marcó una tendencia positiva gracias a un mayor dinamismo de las exportaciones no petroleras y la demanda interna también registró un crecimiento reportado por el aumento de 7.2% en las ventas de la ANTAD en el periodo enero-mayo; de igual forma la inversión creció 6.8% en el primer trimestre del año. En cuanto la inflación en la primera quincena de junio, registra un 4.3% general anual y el tipo de cambio presenta una apreciación del 4.5% en lo que va del año.

En el caso del empleo, éste registró cifras históricas para el mes de junio, alcanzando la generación de 91 564 asegurados al IMSS, tanto permanentes como eventuales urbanos, destacando que en lo que va del año se han creado medio millón de empleos.

Sin embargo, a pesar de estas cifras, no podemos decir que la situación económica de México es la mejor, desde una visión micro los habitantes siguen enfrentando carencias importantes, por ejemplo, altos precios de la canasta básica, bajos niveles de salarios, poca capacidad de ahorro, etc.; traduciéndose en altos niveles de pobreza, ya que, según el CONEVAL, un promedio del 50% de los mexicanos viven algún grado de pobreza y marginación.

Finalmente, no podemos dejar de lado que se debe procurar la transparencia en los procesos electorales, pero procuremos no olvidar que más allá de quién esté en el poder, lo importante es que se tenga la capacidad de mejorar las condiciones de vida de los que habitamos esta nación.