eloriente.net

2 de agosto de 2012

Es verdad que el mundo no tiene barreras hoy en día. Podemos estar en vivo casi en cualquier lugar, saber lo que allí sucede, intercambiar opiniones y productos. En suma, la tecnología facilita la formación de seres humanos distintos, con posibilidades mucho más abiertas a las que hace todavía poco tiempo teníamos abiertas.

Pero la situación no es igual para todos. En México, y en particular en Oaxaca, cientos de miles de personas no tienen acceso a la tecnología,

De acuerdo a las más recientes cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en Oaxaca, Chiapas. Tlaxcala y Guerrero, sólo cerca de 10% de los hogares tienen acceso a internet, y apenas uno de cada diez hogares tiene acceso a una computadora.

No es casual que este indicador vaya de la mano con los de pobreza, desarrollo humano y marginación.

De hecho, pareciera que el círculo vicioso es perfecto: por pobres, los pobres no tienen acceso al desarrollo; y no dejan de serlo, por las mismas razones.

Hace algunas semanas, Gabino Cué, Gobernador de Oaxaca, anunciaba que un compromiso de su administración sería terminar la misma con una cobertura en Internet de al menos 40%, lo que significaría un avance sustancial en los cuatro años que tiene aún por delante.

Cuando se publiquen las reglas y mecanismos para hacer viable esa meta, estaremos atentos.

Entre tanto, la sociedad civil, los empresarios y organizaciones, debemos poner de nuestra parte en esta necesidad cada vez más sentida, que se trata de derechos y equidad, no de un frívolo materialismo. El derecho al acceso a la tecnología es fundamental y debe ser prioridad de todos garantizarlo. Así lo exige la vida de nuestros días.

 

 

 

 

 

 

 

 

Foto: Derechos reservados por campuspartymexico