Por: Alfredo Woolrich

El futbol charrúa ha brindado espectaculares figuras del balompié azteca, tales como Sebastián Abreu, Vicente Sánchez o Robert Dante Siboldi por mencionar algunos.

Precisamente la capital uruguaya fue testigo del nacimiento de Sergio Rubén Blanco Soto el 25 de noviembre de 1981, a quien 19 años después los Wanderers debutarían en Primera División y lo darían a conocer como el «Chapita».

La cantidad de 22 goles en 2 años y medio fueron suficientes para impresionar a los directivos americanistas, quienes rápidamente gestionaron para incorporarlo a su plantel durante el Apertura 2003.

Ocho cotejos, sólo uno como titular (ninguno completo), acumulando 220 minutos y 2 tarjetas amarillas ¿Goles? 1.

Los números no convencieron a los emplumados, quienes decidieron (como todas sus promesas) que se fogueara en el hermano menor. San Luis le acogió durante el Clausura 2004, pero su suerte no cambió en tierras potosinas. De nuevo falló la continuidad y aunque colocó su nombre en la red 5 veces, los escasos 288 minutos disputados le valieron el viaje de regreso al club bohemio, equipo de sus amores.

Un año purgando sus penas le consiguió una nueva oportunidad en el futbol mexicano, ahora con Dorados de Sinaloa. Ningún gol durante los diez encuentros que sumó con la casaca que alguna vez vistió Pep Guardiola.

El futbol mexicano le cerró las puertas, tras dichos fracasos retornó a una tercera etapa con Wanderers para probar suerte en… ¿Asia? Sí, con Shangai Shenhua.

Evidentemente si no triunfó en México, no se podía esperar que lo hiciera en China. Desde 2008 defiende los colores de Nacional, histórico equipo de la capital uruguaya.

Tuvo el descaro de regresar una vez más a México con Querétaro y Necaxa, pero la historia no varió mucho y una vez más en 2012 fichó por los Wanderers.

Foto: Mexsport