eloriente.net

4 de noviembre de 2012

Este 4 de Noviembre se cumplen 90 años de que Howard Carter descubriera la Tumba de Tutankamón en 1922. Por ello, en @El_Oriente no hemos querido pasar desapercibida la fecha pues resulta fundamental para entender una parte de la historia de la humanidad.

Por ello, a continuación hemos rescatado el texto que la exposición: «Tutankamón, la tumba, el oro, la maldición», utiliza para explicar sucintamente la importancia de ese sitio. Esta exposición la resaltamos pues se encuentra montada en este momento en nuestro país.

En efecto, la exposición se aloja sólo para este 2012 en el Palacio de la Autonomía, a un costado del Templo Mayor en el Distrito Federal y resulta altamente recomendable su visita.

Además, la BBC de Londres produjo un programa especial narrando el descubrimiento de Carter y los detalles de este sitio, por lo cual invitamos a nuestros usuarios a recrearlo a través de @El_Oriente, Contenido con Rumbo, la PÁGINA DE CONTENIDOS DE CALIDAD.

A continuación el texto y luego el video:

«Egipto: Tierra antigua del Nilo, bañada por el sol y la arena del desierto.En más de 3 mil años de historia ha sido el enlace de la humanidad; desde la edad de bronce, hasta la época de los romanos.La mañana del 4 de noviembre de 1922 (3,259 años después la muerte de El Faraón de Oro) el arqueólogo Howard Carter encontró un escalón tallado en la roca. y otros más, hasta un total de 16 peldaños que descendían hasta una puerta sellada con el símbolo de la necrópolis real y cartuchos reales con el nombre de su propietario: Tutankamón.

El faraón significaba para los egipcios la personificación terrenal del dios supremo. De hecho, el nombre del joven Tutankamón significa «Imagen viviente del Dios Amón».El descubrimiento de la Tumba de Tutankamón resulta ser el más sensacional del siglo veinte, aunque, si sacamos todos sus tesoros, tiene un aspecto mucho más modesto de lo que podamos imaginar.

Carter encontró una puerta tapiada y narró lo siguiente: Hice un pequeño orificio y el vacío que encontró una barra de hierro que introduje reveló que había un espacio libre; luego de ampliar un poco el orificio, inserté una vela y miré dentro. Lord Carnarvon, y Lady Evelyn estaban detrás de mí, en ansiosa espera. Conforme los ojos se acostumbraron a la oscuridad, empezaron a surgir los detalles del sitio: animales de aspecto extraño, estatuas y oro, por todas partes el brillo del oro. Enmudecí de asombro, y cuando Carnarvon me preguntó con ansia: ¿Logra ver algo?  tan sólo pude contestar: “Sí, cosas maravillosas”.

Antes de 1922, poco o nada se sabía de este joven faraón y de su breve reinado. ¿Cómo es posible que se pierda casi completamente el rastro de un faraón? Gracias a los recientes exámenes de ADN que se realizaron en muchas momias, incluyendo la del «joven de oro», se supo que Tutankamón era hijo del faraón Akhenatón.