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5 de enero de 2013

  • La Fototeca Nacional del INAH ha puesto al alcance de investigadores y público en general 700 mil imágenes históricas, disponibles para su consulta en Internet
  • Considerado el reservorio fotográfico más importante del país y uno de los más relevantes del mundo, este organismo asesora a profesionales brasileños en manejo de archivos

Resultado de los trabajos de automatización de sus 44 fondos, actualmente la Fototeca Nacional, instancia que resguarda el acervo fotográfico más importante del país y uno de los más relevantes del mundo, ha puesto al alcance de investigadores y público en general 700 mil imágenes, disponibles para su consulta en Internet a través de la página: http://fototeca.inah.gob.mx/fototeca/index.jsp.

Dicho patrimonio visual, cuya temporalidad va desde 1847 hasta nuestros días, representa cerca del 80 por ciento del total de imágenes que preserva este reservorio del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), que asciende alredor de 900 mil piezas fotográficas.

Mediante su tratamiento informático, de las 700 mil imágenes puestas en línea (en baja resolución), 420 mil se han digitalizado en alta resolución para su reproducción en libros, revistas y medios electrónicos, ya sea para fines de investigación, conservación o difusión.

Juan Carlos Valdez Marín, director de la Fototeca Nacional, informó que dicha selección fotográfica, parte del origen mismo de los fondos, o bien, de la demanda existente sobre un tema. Por ejemplo, dijo, hace dos años, con motivo del Centenario de la Revolución, se digitalizó todo el corpus sobre este movimiento social, a fin de tenerlo a disposición de estudiantes, investigadores y editoriales.

“Se da prioridad a aquellas imágenes que son de interés común y en caso de que sean solicitadas por algún estudioso o para definir la restauración de un edificio histórico, se digitalizan en alta resolución. Sin embargo, para nosotros la automatización es un medio y no un fin, para difundir a un público más amplio, pues el objetivo de un archivo es la conservación del acervo que le ha sido conferido”.

Aproximadamente 170 años de historia son los que compendian los más de cuarenta fondos de la Fototeca Nacional, trayecto visual que arranca con un daguerrotipo de 1847 que capturó la amputación de la pierna del sargento Bustos, tras la batalla del Cerro Gordo, y que representa una de las primeras imágenes de guerra del mundo.

La amplitud técnica y temática de su acervo hace posible revisar los episodios históricos más significativos del país, a través de la mirada de más de dos mil autores, entre quienes se encuentran: Teobert Maler, Alfredo Laurent, Antonio W. Rieke, Désiré Charnay, Alfred Briquet, Charles B. Waite, Winfield Scott, Tina Modotti, Guillermo Kahlo, Nacho López, Hugo Brehme, entre otros.

Además, el material fotográfico refiere tanto a las diferentes etapas de la técnica y el arte fotográfico, como a un extenso horizonte de disciplinas que han tenido en la fotografía una herramienta básica de trabajo, tales como la arqueología , la antropología, la arquitectura, el urbanismo, la sociología, la economía, la ecología, la salud, la astronomía y, evidentemente, la historia.

Lo valioso de esta iniciativa de puesta en línea del acervo de la Fototeca Nacional, es que las imágenes ya tienen fichas catalográficas realizadas por destacados investigadores, que durante años generaron la información de cada una de ellas, lo que además contribuye a la conservación de las piezas originales.

Cada ficha incluye la información histórica y descriptiva de cada foto, como el o los personajes, lugar y fecha en que fue tomada, título de la serie, autor, época, proceso, fondo y formato; datos que antes sólo se obtenían directamente al acudir a la sede de este reservorio fotográfico, ubicada en la ciudad de Pachuca, Hidalgo.

Para la integración del catálogo electrónico, el proceso de digitalización se efectúa en los laboratorios libres de contaminación de la Fototeca Nacional, y con el uso de escáneres especiales, porque se trata de piezas muy delicadas, la mayoría son negativos y placas de vidrio con emulsión de plata. Además, el procedimiento debe realizarse con indumentaria adecuada.

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