Por: Luis Colunga Dabussy

The Artist is present es un documental, dirigido por Matthew Akers, sobre el trabajo realizado por la artista, de origen serbio, Marina Abramović, en el MoMa(Museo de Arte Moderno) de Nueva York, realizado en 2010. Dicha exposición, tuvo una duración de casi tres meses, en los cuales, haciendo una retrospección, se exhibió gran parte de la obra más representativa efectuada por la artista a lo largo de su carrera. Durante ese periodo, también, Marina Abramović, realizó el performance cúspide de la exposición;  todos los días, durante siete horas y media, se sentó en una silla, mientras que, de manera individual, miembros del público que acudían a la exposición, se sentaron frente a ella. De una manera fascinante se crea una relación en donde la artista, la obra y el público se ven envueltos en un sólo espacio, el de la intimidad.

Marina Abramović es considerada la madre del performance, parte del arte que utiliza el cuerpo como medio para un intercambio de elementos con el público, a lo largo de su trabajo ha explorado sus propios límites físicos y mentales. Una de sus piezas más famosas es la serie titulada Rythm. En la primera entrega de esta serie (Rythm 0), la artista, situó su cuerpo como objeto a disposición del público, éste utilizó varias piezas, colocadas con anterioridad, para provocarle reacciones de dolor y placer, desafiando así la escalada de la violencia. En la segunda muestra, Marina ingirió drogas psicoactivas, en primer lugar, tomó una droga prescrita sólo para personas con catatonia, después de las reacciones violentas de su cuerpo, ingirió un fuerte antidepresivo,  llevándola a un estado de completa ausencia mental, todo esto frente al público (dentro de esta serie también existen rythm 5 y 10 ).

“Hay una sola pregunta que nadie me ha hecho en todo este tiempo ¿Por qué esto es arte?”

En The Artist is present, cualquier persona podía sentarse frente a ella sin límite de tiempo, en silencio, observándose. El efecto que tiene la artista ante los desconocidos que se encuentran frente a ella es conmovedor, pues se están viendo a sí mismos, creando un reflejo de uno a través de la otra, como si se estuviera describiendo una tragedia entre lo apolíneo y dionisíaco, “están llenos de ira y tristeza” dice Marina. Con esta obra, la artista, legitima al performance como una forma de arte, igual de imponente que la pintura, la fotografía o la escultura, entre otras.

El documental  cuenta apariciones de grandes personalidades, tales como el actor James Franco o el distinguido escritor Thomas McEvilley y la música está a cargo del maravilloso compositor Nathan Halpern, haciendo un trabajo brillante en la musicalización del filme.

La obra de Marina Abramović es el resultado de, un extenso trabajo íntimo y detallado, dejando atrás las banalidades del coleccionismo y las pretensiones de los artistas, en el que se incluye al público no sólo como espectador o consumidor, sino como parte de la obra misma, llegando a crear una conexión tan espiritual como única. Un filme que debe ser visto.

“Eres alternativa cuando eres joven…sigues siendo alternativa cuando tienes 29, eres alternativa cuando tienes 30, eres alternativa cuando tienes 40, lo sigues siendo cuando tienes 50. Disculpen, tengo 63, ya no quiero ser alternativa”