@El_Oriente le da la más cordial bienvenida a nuestra nueva columnista, Alejandra Silva Soriano, Presidenta de la Asociación Civil «Una Luz más en Oaxaca», a quien podrás leer cada jueves en este portal.

Por: Alejandra Silva Soriano

HACE CUATRO AÑOS iniciamos con “UNA LUZ MÁS EN OAXACA”, una asociación civil con la misión de promover el respeto a los derechos humanos de las personas con discapacidad intelectual, impulsar su desarrollo y lograr su inclusión social, lo cual surgió debido a que durante toda mi vida he conocido la discapacidad a través de mi hermano, los problemas, discriminación y la falta de oportunidades a las que se enfrentan.

Aunado a mi experiencia personal, a lo largo de estos años de trabajo directo con distintas personas con discapacidad y sus familias, escuchamos sus historias, conocimos las dificultades que viven día a día, y podemos observar en la práctica la falta de una cultura de la discapacidad, con base en la cual, la sociedad perciba a este grupo social como parte de sí misma y lo acepte con todas sus características.

Cuando hablamos de inclusión social de las personas con discapacidad, nos referimos a las relaciones con su familia, vecinos, amigos y la sociedad en general. Pero principalmente es la familia quien desempeña un papel fundamental en la inclusión, porque es a partir del núcleo familiar de donde en muchas ocasiones se generan actitudes de rechazo y aislamiento hacia la persona discapacitada.

Por lo cual, la familia y en específico, los papás de una persona con discapacidad, son los primeros eslabones en la cadena de INCLUSIÓN SOCIAL. Primeramente tienen que aceptar que su hijo tiene discapacidad, porque en la forma en la que ellos lo vean y lo traten, así será el trato que reciban de las demás personas. Nadie dice que sea fácil aceptar que hay un miembro en la familia con discapacidad, pero entre mayor sea el tiempo que pasen en reconocerlo, mayores serán los problemas que vendrán después, ya que los primeros años de vida son básicos para la estimulación de cualquier niño, con o sin discapacidad, lo mucho o poco que se trabaje con ellos, se verá reflejado en su conducta y actitud del futuro.

Ahora bien, así como las personas con discapacidad se sienten excluidas, las propias familias también se sienten y son aisladas y abrumadas, por lo que se vuelve tan necesario sensibilizar a la sociedad para que tome mayor conciencia en relación al respeto a las personas con discapacidad, promover el reconocimiento de sus capacidades, méritos y habilidades, así como luchar contra los estereotipos, prejuicios y prácticas nocivas hacia este sector en todos los ámbitos de la vida.

Por otra parte, y de acuerdo a los lineamientos de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que es el instrumento legal más importante a nivel mundial sobre derechos humanos de este sector de la población, y del cual México es parte, es importante romper el paradigma actual sobre el verdadero problema de la discapacidad. La Convención establece que la causa real de la discriminación y segregación que viven las personas con alguna discapacidad, no radica tanto en la limitación o deficiencia física que tengan, se trata  más bien de las barreras físicas y de actitud que le impone la sociedad.

Es por ello que nos encontramos ante el importante desafío de trabajar para crear una cultura de la discapacidad, reconociendo que la discriminación contra cualquier persona por razón de su discapacidad, constituye una vulneración de la dignidad y el valor inherentes del ser humano.

 

Foto: @Una luz más en Oaxaca