Uniformes Guardia Nacional. Fotos: facebook Alfonso Durazo
  • De confirmarse que el reclutamiento, la capacitación y la operación de la Guardia Nacional estará a cargo de las Fuerzas Armadas, lo único civil de la Guardia será su disfraz administrativo.
  • Una Guardia militar, aunada a las facultades policiales otorgadas a las Fuerzas Armadas y a su mando operativo sobre las policías locales, confirmaría la militarización del país y no resolvería la crisis de seguridad pública que vive el país.

(www.eloriente.net, México, 1 de abril de 2019, por Causa en común).- Es muy preocupante el camino que ha tomado la creación de la Guardia Nacional. A pesar de que el ahora presidente siempre promovió la desmilitarización del país, la primera propuesta votada por los diputados fue para construir una Guardia completamente militar. Fue gracias a las razones de organizaciones y organismos nacionales e internacionales que cambió de fondo el dictamen que votaron los senadores.

En síntesis, el acuerdo político de todos los partidos y la reforma constitucional misma, determinaron que se otorgarían, temporalmente, facultades en seguridad pública a las Fuerzas Armadas, pero que la Guardia sería una institución civil. Sin embargo, las señales enviadas desde entonces por el gobierno federal van en sentido opuesto, hacia la construcción de una corporación militar.

De confirmarse que el reclutamiento, la capacitación y la operación de la Guardia estará a cargo de miembros de las Fuerzas Armadas, lo único civil de la Guardia será su disfraz administrativo. estaría desde luego a tono con la estigmatización que el presidente ha hecho de las policías, con la reducción de los presupuestos para el desarrollo policial, con las nuevas facultades policiales a las Fuerzas Armadas y con la subordinación de cuerpos policiales a mandos militares que esta teniendo lugar en distintas partes del país.

Sería una militarización que no se atreve a decir su nombre, una simulación y una traición al sentido de la reforma que aprobó el congreso. Sería, ademas, un atentado contra el proyecto de un país democrático, que fortalece el estado de derecho y que convoca la defensa de los derechos humanos como la máxima prioridad. Pero además, debiera ya estar claro que las estructuras militares no han servido para atender situaciones de inseguridad pública, máxime cuando ,ás del 90% de los delitos que se cometen en el país no son federales, sino del fuero común.

Nuestras Fuerzas Armadas han servido leal y valerosamente en lugares en los que, por ahora, sólo ellos pueden ofrecer un mínimo de salvaguarda a la población, pero en ningún lugar del mundo se atenten los robos o las extorsiones con soldados, aunque se les llame “guardias”.

Señor Presidente, cumpla con lo que prometió. Ya no insista en militarizar al país, construya una Guardia verdaderamente civil, no destruya a la Policía Federal y promueva el desarrollo de nuestras policías locales.