Señalamientos, nueva realidad

No queda ninguna duda de que la pandemia de coronavirus ha dejado una huella imborrable en la humanidad y ha obligado a que muchos aspectos de la vida se tengan que modificar.

Después de meses de confinamiento y el paro de actividades al aire libre, se ha tomado la decisión de reanudar de forma escalonada con el movimiento del día a día, aun cuando la expansión de esta cepa en el continente sigue.

Ahora, con esta nueva realidad que se ha ido implementando desde mediados de junio, la vida diaria se ha tenido que adaptar con estrictas medidas de salubridad, con el fin de que el número de contagios no aumente y la Covid-19 no siga afectando.

Se trata de un gran reto, tomando en cuenta que nuestro país es el decimo más poblado del mundo, con 127,792,000 habitantes, de acuerdo con el estudio del Consejo Nacional de Población (Conapo), por lo que respetar la sana distancia se vuelve una tarea difícil en la práctica.

Esto se verá reflejado en el transporte público, en el que el uso de cubrebocas será obligatorio, además de que las pláticas en estos medios quedan prohibidas, con el fin de que no se transmita nada vía oral.

En el caso de los taxis y los servicios de transporte de app como Uber y DiDi, se permitirá un máximo de dos pasajeros por unidad, todos con cubrebocas y preferentemente con una separación de plástico entre el chofer y los viajeros.

Si bien en el papel esto ha sido una obligación, es cierto que existe un número considerable de personas que no respeta estas indicaciones, lo cual pone en riesgo tanto a esas personas como a las que los rodean, por lo que algunos transportes como la bicicleta surgen como excelentes alternativas para distancias no tan largas.

La educación fue una de las primeras en tener que adaptarse a la situación y trabajar a distancia con clases en línea, si bien una problemática fue que algunos alumnos de escasos recursos no tenían una computadora o una conexión a internet estable para conectarse, lo cual representó un auténtico reto para los docentes a la hora de evaluarlos.

Lo cierto es que la pandemia dejó en evidencia que la educación no estaba preparada para esta situación, al no tener plataformas capacitadas para impartir clases a tantos estudiantes, además de que los distractores existentes en los hogares dificultan que la enseñanza esté al nivel de las clases presenciales.

Hasta este momento, todas las universidades y los centros educativos permanecerán cerrados, al no encontrarse las condiciones necesarias para que los estudiantes y profesores regresen al aula, obligando a que el ciclo escolar se culmine a distancia.

Los planes son retomar las clases presenciales en septiembre y que los grupos se vean reducidos para no tener a tanta gente reunida, además de que todos deberán usar cubrebocas y una careta transparente, pues los ojos también pueden ser una vía para contagiarse. Cualquier caso positivo en una escuela pondría en riesgo las clases presenciales.

Las empresas, muchas de ellas obligadas a acelerar su incursión al mundo digital, han encontrado nuevas oportunidades de crecimiento a través del internet, aunque su adaptación varió.

Uno de los mejores ejemplos son las que se dedican al juego, al mantenerse vigentes gracias a sus servicios disponibles en la web. Si bien la idea es que los establecimientos físicos vuelvan a abrir sus puertas, lo cierto es que consolidaron su marca gracias a su capacidad de adaptación a la tecnología.

El uso de internet se ha fortalecido en las marcas, que ahora aprovechan la conectividad para expandir sus horizontes y tratar de desarrollar estrategias digitales que les ayuden a adaptarse a la contemporaneidad. Aquellas empresas que venden han aprovechado el internet para ofrecer sus productos y encontrar una opción para sus comercios, pero todavía les queda mucho por aprender.

Del otro lado, hubo otras compañías que tampoco estaban preparadas para un evento de tal magnitud y que se vieron perjudicadas económicamente. El reflejo de esto son los comercios, los negocios dedicados al sector turístico ( el cual parece tendrá que reinventarse) y aquellos que brindan servicios, al estimarse que las pérdidas acumuladas han sido del 80 por ciento, con estimados de más de 667 millones de pesos.

Lo cierto es que muchas empresas también tendrán que cumplir con estrictos protocolos sanitarios, los cuales incluyen una toma constante de temperatura, el uso obligado de la indumentaria y garantizar que no habrá conglomeraciones de empleados.

Esto se puede ver en el sector de la construcción, uno de los primeros en regresar a la actividad y que ha tenido que implementar medidas en las obras y adaptar sus espacios para tratar de reducir los riesgos para sus ingenieros y arquitectos.

Los restaurantes también se han visto afectados por la pandemia, al ver muy limitados sus pedidos, aunque la aparición de apps de entregas a domicilio ayudó a alivianar sus finanzas. Ahora con la eventual reapertura, muchos de estos establecimientos tendrán que recibir entre 30 y 50 por ciento, como máximo, de los comensales en cuanto a capacidad.

Los meseros tendrán que usar cubrebocas y guantes, al igual que cocineros y chefs, mientras que lo más recomendable será que no se coloque música y tratar de que los clientes opten por servicios de comida para llevar.

Es importante señalar que entre las cosas que tendrán que cambiar, se encuentran los hábitos alimenticios, con el fin de prevenir daños a la salud y reducir los riesgos de contagio.

La vida ha cambiado con esta contingencia sanitaria. Los espacios públicos, de poco a poco, comenzarán a llenarse de gente de nueva cuenta, pero lo cierto es que la vida previa al Covid-19 ha quedado atrás, dando paso a esta “nueva realidad”.