Por: Adrián González Jiménez*

¿Qué es la muerte?
( PARTE I )

La muerte como tal está en todas partes, se le puede encontrar desde las maneras más simples hasta en las escenas más trágicas que hemos visto e inclusive, podemos imaginar. El ser humano, posee un reloj interno que sabe ese reloj tiene un comienzo & un final.

Sabemos que moriremos &, el simple hecho de no estarlo nos da la ligera sensación de que creer que vivimos, es entonces cuando creemos que levantarnos todos los días por la mañana, respirar de alguna forma es vivir, pero ¿en realidad vimos? o en realidad no estamos vivos como creemos &, las preocupaciones & no las ocupaciones; el miedo, el dinero, el tiempo, la prisa innecesaria, las rivalidades & enemistades, la competencia, la estridente locura que domina nuestra gris monotonía que yace latente en nuestro interior (aunque lo neguemos) &, por si fuera poco le llamamos vivir. Sin embargo más que vivos, estamos muertos en vida….

… A cada instante, a cada segundo, a cada hora, cada día al despertar al escuchar el histérico & estruendoso sonido del tan oportuno despertador, como si nada, ponemos los pies sobre el piso, de ahí, seguimos el mismo ritual de siempre. Cada respiro que damos, cada uno que damos &, de entre todos ellos, pocas veces los damos con tranquilidad, con verdadero alivio. Pocas veces respiramos tranquilamente sin estresarnos que, la mayoría de las veces lo hacemos como si algo nos oprimiera lentamente el pecho & crea esa angustia terrible, de la cual todos estamos consientes, pero como tal es el ser humano, la justifica & la defiende dándole un valor agregado a dicha desesperación. Así que pregúntate a ti mismo (a) ¿Cuándo fue la última vez que diste un respiro de verdad, sostuviste el aire dentro de tus pulmones & sentiste por unos segundos, la vibra de aquellas ligeras palpitaciones que exclamaba tu pecho diciéndote vives? Pregúntatelo.

¿Por qué te apresuras?, ¿por qué corres?, ¿por qué te agitas?, ¿por qué te ajetreas? ¿Cuál es la razón de acelerarte en un mundo donde la gran mayoría a elegido moverse a un ritmo turbio, riesgoso & peligroso, para luego convertirte en víctima de tu propia manía? Una manía tóxica, que hemos camuflajeado entre nuestros hábitos para no darnos cuenta, que no hay incentivo alguno al llegar a nuestros trabajos, oficinas, colegios tan apresuradamente, ya que no nos detenemos un segundo para poder apreciar el mundo a nuestro alrededor. ¿Cuando has podido detenerte tan solo un minuto para lograr apreciar la llegada del amanecer, mientras se puede percibir el movimiento del viento que sopla & revolotea entre las ancladas nubes del alba? & ¿Cuándo has permitido que los primeros rayos de ese astro sol toquen & entibien tu fría piel después del despertar de una solitaria noche sin poder dormir por preocupaciones? Pregúntate ¿Cuándo te has atrevido a ir despacio &, de vez en cuando detenerte para poder pensar, para poder apreciar &, sobre todo poder sentir que estás lleno (a) de vida & qué vas demasiado rápido, cuando debe de ir todo lentamente & con plenitud? Porque la final si no te detienes alguna vez podrías perderte mucho, de lo que la vida te ofrece. Pregúntatelo.

“No tengo tiempo”, “no me alcanza el tiempo”, “si tan solo tuviera tiempo”…

…¿Te suenan estas frases? Vimos en un tiempo, en que nuestros relojes internos están ajustados a los “tic tac” de las manecillas & “bips” de números electrónicos, pero los seres humanos, dándonos la importancia innecesaria (como es nuestra naturaleza) nos hemos adueñado del tiempo. Nuestro ritmo de vida está acondicionado al tiempo, o al menos eso hemos adoptado, sin embargo ¿Qué es el tiempo? Las personas se han adjudicado ser dueños (as) del tiempo, de un fenómeno que posiblemente no existe, pero que el ser humano inventó para controlar su vida & la de los demás decidiendo, cuando hacer algo satisfactorio, decidiendo además, cuando nos llegarán ciertas cosas, decidiendo tristemente, cuando seremos felices por fin. El tiempo no es de nadie, sin embargo nadie ha comprendido que nosotros no contamos “el tiempo”, es el tiempo el que nos cuenta nuestras alegrías, nuestros momentos más felices que llegan & se van como estrellas fugaces.

Cuenta también nuestras tristezas, nuestras penas, pero sin duda cuenta también el tiempo que desperdiciamos en miedos, mezquindades, ignorancia, rencores & sobre todo, el tiempo que perdemos creyendo absurdamente que no hayamos tiempo o, simplemente no lo tenemos &, en eso se nos va la vida, en creer que vivimos & entonces ¿qué es vivir? Es la antítesis de creer que vivimos. Se nos va la juventud, la fuerza la energía contando el tiempo inútilmente, cuando irónicamente dejemos de contar el tiempo, el tiempo seguirá su curso, porque no le pertenece a nadie, porque no existe tal cosa, es solo una invención más de los miedos del hombre por no “romper” o “quebrantar” un orden monótono, que cuando nos decidamos a hacer en vez de pensar hacer, nuestra piel estará marchita o tal vez arrepintiéndonos de no haber vivido, llegando a nuestra mente como una avalancha de remordimientos en los últimos segundos de nuestra vida. Pregúntate ¿Si sumaras en números & compararas el tiempo que llevas de “vida” & sumaras por aparte tus mejores momentos fugaces, tus alegrías irrepetibles, sumarían más de los años que llevas en esta tierra?

El dinero, las posesiones materiales, las riquezas. El dinero & las posesiones han formado parte nuestra hoy en día, no obstante ¿Qué valor posee como tal dicha posesión en nuestro poder, cuando hay cierta abundancia o carencia de él? O ¿será que nosotros le hemos dado el valor a simples trozos de papel & metal para mantenernos distraídos de lo que realmente vale que es nuestra vida & cada momento de ella, creyendo cínicamente que obteniendo dinero seremos felices? Hay quienes dicen que cierto tiempo a tras entre sus vivencias & observaciones como seres humanos, aseguran que el dinero, la riqueza desmesurada “cambia” a las personas sin embargo ¿será cierto que el dinero & la influencia del materialismo como tal, es capaz de cambiar a un ser humano de un tiempo a otro & que al final parece se les desconoce? Al igual que como aquellas personas, descubrí (por suerte para mi) que esto no es cierto.

El dinero o el poder como tal, no cambia a las personas, simplemente les quita la máscara, ya que al lograr poseer cierto “incentivo” (como lo es el materialismo en sí) esa persona se da cuenta inocentemente que y no es importante seguir usando una máscara, un antifaz, una falsa identidad ante los demás, porque cuando una persona logra poseer eso deseado & creemos lo es todo para seguir & “triunfar”.

El dinero & la necesidad por el poder desmesurado o la infelicidad por la falta de, no es más que el arquetipo ideal para describir las necesidades vacías e insatisfechas del ser humano, que justifica también nuestra cobardía & mezquindad que delata perfectamente un refugio donde nos ocultamos, para no aceptar que somos débiles, para no tener enfrentarnos con nosotros mismos (as). Donde somos cómplices voluntarios de nuestras locuras.

Pregúntate ¿si la creación, Dios, el caos, el universo, te vendiera minutos más de vida a un precio barato ¿qué harías? Porque creo que antes de que respondas dirías:
“No tengo dinero”, o quizá “es demasiado caro”, porque después de todo, así se diera semejante ejemplo en un plano real, creo que el ser humano regatería lo más que pudiera para no gastar tanto en vivir un poco más.

CONTINÚA…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

FOTO: Artes y Tradiciones de México

*El uso del recurso & en vez de Y, es recurso de autor y se respeta tal cual por EL ORIENTE