Por: Isidro Ramírez López

Y fue en aquel momento eclesial donde se erige una nueva diócesis en la Costa de Oaxaca, donde los sueños de una delimitación territorial otorgaría un mejor trabajo donde la “Opción Preferencial por los Pobres” sería una realidad, lamentablemente esos sueños quedaron en eso, solo sueños, porque el trabajo de base quedó superado por una pastoral litúrgica que solo responde a actos de fe.

En la Costa, el Valle, la Sierra, el Istmo y en la región que sea, buscamos autenticidad, queremos encontrar en el “lugar sagrado” paz, verdad, encuentro con la deidad, reconfortarnos por nuestras penas, pero en varios casos nos topamos con la demagogia y la falacia que laceran nuestra poca fe.

Hoy queda demostrado a nivel internacional que la presión interna de una institución milenaria como la Iglesia Católica también tiene puntos débiles como lo demuestra el Vatilikes, actos verdaderamente pecaminosos y admisibles o por lo menos de cabal tolerancia al interior.

Es sorpresivo el anuncio de la renuncia de Benedicto XVI para continuar con el Pontificado, y todo apunta a que la presión laboral, y los problemas internos han provocado su inminente retiro este 28 de Febrero de 2013, y es que la presión no es insignificante, hay poderes mayores que influyen.

El nuevo Pontífice se ha de enfrentar a una comunidad clerical invadida por los pecados capitales y por la corrupción, una comunidad preocupada por la economía de sus bolsillos y no de la del pobre y el campesino, tendrá que afrontar a una comunidad que solo hace comunidad en actos especiales.

Es difícil dirigir una crítica sin ser criticado, pero vale la pena señalar que aún seguimos esperando que esos malos sacerdotes (porque en menor número también hay buenos) paguen por los abusos de menores en Estados Unidos y en nuestro país también, por citar a los más próximos, pero sin olvidarnos de los casos que sacudieron a Oaxaca hace algunos meses, que le valió la censura a muchos de los que pusieron el dedo en la llaga.

Verdades y mentiras o como dice Dan Brown “Ángeles y Demonios”, de lo que estoy casi seguro es que de la Silueta religiosa debe existir solo oídos sordos.