Por: Luis Colunga Dabussy

Todas las películas de culto, en su momento, causan gran escándalo, son repudiadas, aclamadas, censuradas, apremiadas, rechazadas o admiradas, ya sea por vanguardistas, por grotescas o surreales, por crudas y violentas o por excesivamente realistas. Películas cuya dirección sobre pasa lo extraordinario, con historias frívolas, caóticas o demencialmente poéticas, visualmente atractivas o que por su independencia logran impactar al mundo. En fin, existe una larguísima lista de películas de culto, para todos tipos de gustos y ojos, sin embargo, hacía ya varios años que un filme no causaba tanta bulla como, la presentada en Cannes 2012, Holy motors.

Léos Carax, cineasta francés, nos abre, a los espectadores, una puerta escondida, él mismo, dentro de su película, camina y se interna en un bosque seco lleno de obscuridad, que nos exhibe como seres catatónicos ante la fuerza de una nueva forma de contar el cine, un cine que se cuenta así mismo como un delirio encantador.

 

Holy motors, por fin, llega a México, la historia es, tan hermética como reflexiva, nos muestra la vida de un actor, encarnando múltiples vidas y muertes, historias que van desde el típico melodrama hasta la más moderna escenificación en chroma key, e incluso aparece como musical en algunas partes.  Pareciera ser que cada historia es un reflejo de distintos géneros  cinematográficos y por lo tanto, cada una, cuenta con una dirección muy particular. La sangre, la crueldad, junto con lo absurdo de la vida hacen su aparición en todo el largometraje y como si se hiciera a propósito, nos recuerda el paso de múltiples directores a lo largo de la historia del cine, como: Kubrick  Cronenberg y Chan-Wook, entre otros.

Cabe mencionar que tanto la participación de Kylie Minogue como la de Eva Mendes han sido muy bien recibidas, ambas con personajes de corta duración pero de gran impacto.

En Cannes, la crítica se dividió entre aquellos que la consideraron una obra maestra y los que la detestaron por pesada e indigerible. Lo mismo pasa con el público en general, causa gran admiración y apreciación al mismo tiempo que hastío y tedio. Recordemos que las películas de culto, en gran parte, tienen esa característica, dividen opiniones a los extremos a fin de ser idealizadas o aniquiladas.

Holy motors, es una película de un poco más de dos horas, que tiene que ser vista con ojos y criterio bien abiertos, una nueva perspectiva sobre el cine que bien te puede lograr una gran carcajada, un cúmulo de ansiedad en el estómago, lágrimas o mentadas de madre.