Por: Rafael Valdivia

Las últimas décadas han estado marcadas por procesos de deterioro urbano que no han podido ser controlados y ni siquiera medidos en su real dimensión, los fenómenos como la creciente incidencia en el deterioro ambiental, la pérdida de la calidad de vida urbana de sus habitantes, el desmedido crecimiento de las zonas metropolitanas, la falta de una oferta adecuada de transporte articulado y eficiente, el deterioro de las redes sociales e incremento de la inseguridad en barrios y colonias, entre otros grandes problemas, se convierten en parte de la vida cotidiana de la sociedad, sin que el Estado pueda corregirlos.

La desarticulación y contradicción de los diferentes órdenes de gobierno sobre las políticas públicas urbanas, es un hecho incontrovertible y se ha convertido más bien en una “norma”.

Hace unos días, el Secretario de la SEDATU anunció con gran determinación que ahora si se ordenarían las políticas de producción de vivienda, entre la CONAVI y el INFONAVIT. En un articulo publicado en el universal (Lunes 24 de junio de 2013, Secciones, Cartera), se comentaba: “Hoy, de acuerdo con información de la Secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) y el Infonavit, las reglas de operación de la nueva política que vivienda que aplicará a partir del 1 de enero de 2014, están enfocadas en atender aquellas entidades y municipios con amplio rezago habitacional y en donde se han detectado espacios urbanos vacíos para construir vivienda vertical o condominios verticales.”

La pregunta obligada es, ¿qué se entiende por rezago habitacional y qué son los espacios vacíos de las ciudades?. Si la visión del rezago habitacional es aquel en donde la población no ha tenido acceso a una vivienda nueva vía la oferta institucional llámese INFONAVIT o FOVISSSTE, en mancuerna con los Desarrolladores, pues estamos en serios problemas. Al parecer se pretende inducir una mayor participación en la inversión privada en aquellas zonas en donde “existe el rezago habitacional”, Municipios en donde no se ha aplicado una política agresiva de inversión habitacional. Recientemente (2010) se me invitó a diseñar un proyecto dentro del INFONAVIT para “aumentar la oferta de créditos” esto es, INFONAVIT no estaba colocando todos los créditos disponibles en el mercado vía la oferta de vivienda nueva producida por empresas como GEO, URBI, Homex, entre otras.

El mismo artículo del Universal mencionaba que, …“En sus últimos reportes trimestrales, GEO considerada líder en el otorgamiento de casas escrituradas ante Infonavit y Fovissste, redujo sensiblemente el volumen de viviendas entregadas, al pasar de 13 mil 555 del primer trimestre de 2012 a 7 mil 86 en los primeros tres meses de este año (2013), lo que impacto sus ingresos en la misma proporción, 47.7%.”…” Urbi, que también se califica como una de las desarrolladoras de vivienda líder en México, vendió apenas 911 viviendas, cuando en el periodo enero-marzo del año pasado había colocado en el mercado 6 mil 984 unidades”.

Para confirmar esta línea de acción de política estatal, la CONAVI a través de su Director General  Alejandro Nieto  «… ofertó a los inversionistas en nombre del gobierno federal 4.63 millones de créditos para vivienda nueva en ciudades de más de 15 mil habitantes en los próximos seis años». (11 de Marzo del 2013 | El Universal )

Efectivamente, aquí radica el centro de atención en la política pública en materia de vivienda, reactivar el negocio para las Grandes Desarrolladoras ahora que se encuentra en “crisis” y no resolver el rezago de la misma para aquellas familias que realmente lo necesitan, sea a través del rezago real (falta de vivienda a ingresos menores a 3 v.s.m., rezago por mejoramiento en la calidad constructiva de la misma o rezago por renovación completa de la vivienda deteriorada)

En un artículo publicado por el ABC.es [1] se describió la crisis del financiamiento bancario español para la vivienda de la siguiente forma: “El apalancamiento de los bancos, la incertidumbre económica y el endurecimiento de condiciones han propiciado una caída en el número de hipotecas contratadas. De hecho, las operaciones de compraventa (en España) sin financiación bancaria superaron a las firmadas con créditos de entidades en el primer trimestre del año. Casi siete de cada diez transmisiones de la propiedades se realizaron sin hipoteca de por medio de enero a marzo, según un informe del Consejo General del Notariado”.

Que nos dice esta nota, es muy probable que la banca privada no le entre al negocio de la vivienda tal y como se encuentra actualmente. Esta participación tendrá que ser apalancada por el INFONAVIT, el financiamiento vendrá indiscutiblemente de las finanzas públicas que sin duda es el mejor negocio para los desarrolladores de vivienda.

 

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