Telecomunicaciones, vitales para México de hoy

eloriente.net

14/julio/2014

Por: Adrián Ortíz Romero

Telecomunicaciones, vitales para México de hoy

Cambios legales, un triunfo para la ciudadanía

En la última semana hemos escuchado un número incesante de patrañas respecto a la nueva reglamentación en el ámbito de las telecomunicaciones en el país. Frente a las decisiones tomadas por diputados y senadores respecto a las nuevas reglas que regirán el mercado de la radio, la televisión, el Internet y la comunicación por vía telefónica (móvil y fija), hubo quienes decidieron irse nuevamente por la teoría de la conspiración que siempre está presente para despojar a los mexicanos de lo que es suyo; otros se fueron a alabar a quienes habían decidido frenar al imperio del empresario telefónico Carlos Slim, y finalmente hubo una tercera vía, en la cual aseguraron que la nueva legislación era un robo para el país… porque la motivación de fondo parecía ser precisamente a favor del magnate de la telefonía.

En efecto, los cambios constitucionales y legales en esta materia traerán un escenario completamente distinto en el ámbito de las telecomunicaciones, que los mexicanos no alcanzamos a entender justamente porque nunca hemos sabido qué es ir más allá de Televisa y Televisión Azteca, y porque, en esa misma dinámica, tampoco sabemos qué hay más allá de Telmex y Telcel en el ámbito de la telefonía. Estamos, pues en una situación en la que no sabemos si los servicios que nos proveen esas empresas son buenos o deficientes, porque nunca hemos tenido la oportunidad de contrastarlos con otros servicios. Es una realidad dolorosa, pero cabalmente verdadera. En este escenario de incertidumbre hubo quienes nuevamente le apostaron a la teoría de que algunos malosos conspiran para que los mexicanos seamos despojados de lo que es nuestro. Concretamente, hubo quien de la reforma reciente sólo resaltó los riesgos a la libertad de expresión y la privacidad de las comunicaciones que las personas tienen por disposición constitucional.

Es cierto que existen riesgos, pero todos y cada uno de ellos deben ser analizados a la luz de las normas ya aprobadas y, sobre todo, en el caso particular, deben ser defendidos a conciencia por quienes posiblemente se vean involucrados. En ese sentido, es mucho más grave la disposición de que la autoridad pueda intervenir de oficio las comunicaciones personales de una persona para saber, por medio de la tecnología, su geolocalización a través del teléfono celular, que el riesgo del que muchos han hablado por la supuesta censura a los contenidos difundidos a través de la red de Internet. De esto último se habla mucho, pero lo primero, que sí es importante, ha pasado prácticamente desapercibido.

Luego hubo otro grupo que se ha dedicado a defender silenciosamente a Televisa. Salvo algunos analistas serios, que sí han intentado llevar hasta el mayor límite posible la responsabilidad y la seriedad de sus afirmaciones, ha habido muchos que se han dedicado a satanizar a Slim por el imperio de las comunicaciones que tiene, sin tomar en cuenta una cuestión fundamental: el Estado mexicano vivió una larga etapa de connivencia con Slim, lo cual le permitió operar sin reglas. Slim es un empresario, no un político. Y como tal, decidió hacer negocios incluso hasta amasar una gran fortuna. El mercado se lo permitía. Y al margen de su filantropía, él asumió que su posición estaba a favor de hacer dinero, no obras de caridad como centro de sus empresas.

Hubo una tercera vía. La de los defensores de Slim, que teniendo fuertes intereses detrás, incluso llegaron al punto de obligar al PRD a votar en contra de la nueva ley de telecomunicaciones. Ellos fueron quienes decidieron ir por la vía contraria, satanizando la ley y ubicándola como creación de Televisa, sin decir que en la contraparte se encontraba el freno al imperio Slim.

¿Qué busca la reforma?

Al margen de las filias y fobias respecto a Televisa o Telmex, el periodista Enrique Quintana, en su columna Coordenadas, del periódico El Financiero, daba cuenta el pasado lunes de los cambios más importantes de la nueva ley de telecomunicaciones. Estos son, a saber:

1- La eliminación del cobro de la Larga Distancia Nacional, tanto en telefonía fija como móvil, le va a significar a los consumidores un ahorro de casi 22 mil millones de pesos anuales, en función de lo facturado por las telefónicas el año pasado; una proporción importante en América Móvil.

2- El establecimiento de la tarifa cero para las llamadas terminadas en la red de América Móvil seguramente va a significar una reducción tarifaria de los servicios de otras telefónicas, que van a tratar de aprovechar esa ventaja para aumentar su base de clientes.

3- La creación de la categoría de “usuario visitante” va a permitir que cualquier empresa de telefonía móvil ofrezca servicio en todas las zonas del llamado “territorio Telcel”.

4- Telmex finalmente podrá ofrecer servicios de televisión restringida –como ha aspirado a hacerlo desde hace años– en caso de que cumpla con sus obligaciones como preponderante en el lapso de 18 meses a partir de marzo pasado, es decir, el procedimiento para obtener ese cambio en su título de concesión podría darse en septiembre de 2015, lo que representaría una fuerte competencia para Televisa.

5- Queda ya en ley la regla de que los operadores de telecomunicaciones deberán compensar a los usuarios por fallas en los servicios, lo que ha sucedido ya un par de ocasiones, pero que no estaba regulado con precisión.

6- En radio y TV abierta se establecen por ley los defensores de las audiencias que deberán ser legalmente registrados y que tienen la obligación de responder a las demandas de la audiencia. Igualmente, queda establecido el derecho de réplica, aunque falta su reglamentación.

7- Tanto América Móvil como Televisa deberán compartir su infraestructura. La primera para los competidores ya existentes y la segunda, de manera particular, para las nuevas cadenas que se encuentran en proceso de licitación. Ello va a generar una mayor competencia en ambos mercados.

Autoridad, con dientes

8- El IFT recibe dientes. La posibilidad de multar hasta con 6.0 por ciento de los ingresos anuales de las empresas (en el caso de América Móvil, el más grande, 16 mil 500 millones de pesos, que podrían duplicarse por reincidencia). Y también la capacidad de declarar a una empresa con poder sustancial del mercado le da gran fuerza, independientemente de la declaración de preponderancia.

9- Se facilitará la portabilidad numérica, lo que hará más ágil el movimiento de consumidores entre empresas.

Foto: Presidencia de la República

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