(www.eloriente.net, México, 11 de diciembre 2014; por Alejandra Silva Soriano).- ¿Por qué un país tan rico es a su vez tan pobre? ¿Qué pasa en este México que alberga una vasta riqueza cultural, natural y gastronómica, pero también, está inundado de una pobreza desgarradora? En un país sin respuestas claras, con tanta sed de cambio y de justicia, todos nos preguntamos ¿Por dónde empezar? Empecemos por lo que podemos cambiar, uno mismo.
Como seres humanos, desde que llegamos al mundo, tenemos un cuestionamiento natural ¿para qué estoy en esta tierra?, y de nuestra respuesta, vendrán como resultado las acciones y decisiones que tomemos para construir nuestro presente y futuro.
Todos, absolutamente todos, sin excepción alguna, nacemos con algún talento. Quizá somos buenos emprendiendo negocios, haciendo tortillas, confeccionando ropa o jugando fútbol, todos fuimos diseñados de manera distinta y con cualidades diferentes.
Esto suena a lugar común, sin embargo, cuán importante es descubrir para qué somos buenos, porque de ahí, podremos comenzar a dirigir el rumbo de nuestra vida y como consecuencia, el rumbo del país.
No hay una edad para descubrirlo, podemos encontrarlo a temprana edad, cuando somos jóvenes o adultos, siempre es buen tiempo para empezar a hacer lo que nos gusta y enfocarnos en ello. Tampoco menospreciemos nuestros talentos, porque tanto sirve a México el que es bueno para barrer, como el mejor físico matemático.
Recurrentemente leo en redes sociales una frase que dice “Este mundo necesita gente que ame lo que hace”, y coincido, el mundo, México, nuestro estado, nuestra comunidad, necesita gente que se apasione por su trabajo, por lo que está estudiando o su quehacer diario, y sólo podemos apasionarnos por lo que nos gusta.
Y ¿cómo lo descubrimos? Pues probando, equivocándonos, buscando. Si me gusta correr, me inscribo en clases de atletismo, si me llama la atención hacer muebles, investigo dónde hay una carpintería y me ofrezco de aprendiz del carpintero, en fin.
No obstante, siempre hay un precio que pagar: ESFORZARSE. No existe la buena suerte, ni las soluciones instantáneas, México y los mexicanos no vamos a salir del hoyo si estamos esperando a que llegue un gobernante y mágicamente cambie la dirección en que retrocede el país.
Las oportunidades no llegarán a tocar nuestra puerta, tenemos que salir y buscarlas. Trabajar duro y prepararnos. Lo más valioso de una nación, es su recurso humano, su gente. ¿Qué pasaría en México si todos supiéramos para qué somos buenos? ¿Qué pasaría si nuestros talentos los pusiéramos al servicio de nuestro país?
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