(www.eloriente.net, México, a 19 de diciembre de 2015, por Alejandro Cruz Pimentel).- Las comparecencias son ejercicios que deberían clarificar a los señores y señoras diputadas la situación que guarda la administración pública. El informe de gobierno textual es una síntesis de lo ocurrido en un lapso de la gestión administrativa del poder ejecutivo. El anexo estadístico también es una numeralia comparada de 2014 y 2015, solo insumos de cantidades y de inversión, nada sobre los resultados. En ese sentido, la comparecencia de los titulares de la administración centralizada y descentralizada permitiría conocer los resultados alcanzados por cada una de ellas y servir de sustento para la asignación de recursos presupuestarios en el siguiente año de gestión.

No hay en buena parte, por quienes están tras bambalinas de nuestros representantes, información generada que sirva para cuestionar la gestión de una dependencia o entidad. No hay datos duros sobre resultados que permita señalar aciertos o desaciertos a los titulares, tampoco hay un análisis del ejercicio de los recursos y mucho menos de los programas que cada dependencia tiene a su cargo.

Por eso Oaxaca, hoy por hoy, sigue sin conocer de manera puntual el destino final de los recursos que se ejercen en el estado por cada dependencia. Los presupuestos históricos, ya de 5 años, de más de 80 mil millones de pesos, son difícil de conocer en donde están aplicados, en donde no se ejercieron y en donde están en proceso de su ejercicio.

La comparecencia debería ser en estricto sentido, dar a conocer la situación que guarda cada dependencia y entidad, respecto a sus resultados y no a insumos como sucede actualmente, cantidades y miles de pesos. Ante una ley de planeación que data de 1985 no podíamos esperar más. Este gobierno no hizo nada por mejorar el ejercicio de la planeación, columna de la gestión pública, ejercicio que establece una metodología para alcanzar las metas y objetivos de un gobierno. Etapa de la gestión que sirve para establecer el rumbo que tomará el gobierno en alcanzar el bienestar de miles de oaxaqueños, a 5 años siguen perseguidos por el fantasma de la pobreza.

La realidad es otra en nuestro congreso local, su indiferencia, desinterés y falta de información; y aunado a la falta de compromiso del poder ejecutivo de dar a conocer los resultados de su gestión. Hacen que el congreso se vuelve una moneda de cambio para que las comparecencias sean frívolas y sin cuestionamientos, lisas y llanas, suaves y de cortesía, de aplausos y alabanzas, con preguntas y respuestas a modo, de excusas e inasistencia de los diputados responsables de atenderlas, en el mejor de los casos con posicionamientos personales no de nuestra representación. Pura simulación, los depositarios de nuestra representación nos quedan a deber.

Oaxaca requiere de un nuevo gobierno con miras de resultados, no de insumos. Requiere de compromisos que permitan evaluar el diseño, los procesos, la consistencia, los resultados y el impacto de las políticas públicas, de una manera seria y responsable. Pero sobre todo con la participación ciudadana que involucre la vinculación con las universidades de nuestro estado, los colegios de profesionistas y la ciudadanía atenta de estos asuntos. Oaxaca está en los últimos lugares en varios criterios de bienestar, competitividad y desarrollo institucional. Oaxaca requiere de un nuevo gobernador que conozca los problemas del estado, que traiga propuestas de corto, mediano y largo para sacar al estado de una marginación, ya de décadas. Oaxaca no requiere un gobernador que hable de pobreza, no requiere de uno que se preocupe por dar paliativos como cobijas, leche, lentes, computadores; no requiere de uno que hable cifras y cifras de nuestros males sin proponer soluciones coherentes; no requiere de uno que se vista de izquierda, centro o derecha para declararse como el que dará solución a nuestro problemas.

En fin, seguiremos mirando al cielo, la rendición de cuentas en nuestro estado es una asignatura pendiente. Las comparecencias están todavía a años luz de serlo. Los responsables de vigilar el ejercicio de los recursos siguen siendo “chamaqueados” por falta de un staff serio, técnico y responsable.

La división de poderes, cimiento del Estado moderno, a más de 3 siglos; en nuestro estado los representantes del poder político no la entienden. El emblema de los partidos políticos les venda los ojos para comprenderla. Todavía piensan que dependen del poder ejecutivo, todavía no llegan a comprender que el congreso es un contrapeso o un freno para el ejecutivo. Hoy son comparsa, con todas sus letras, seguimos en decadencia.

Una solución a esto, es una verdadera división de poderes, hasta hoy hemos depositado nuestra confianza, mediante el voto, a los partidos políticos. Sin embargo, se ha abierto un nuevo camino para tener representantes sin partido político, los independientes. No dudo que serán un primer paso para consolidar los frenos y contrapesos del poder ejecutivo que hasta hoy no ha podido darle solución al bienestar de los y las oaxaqueñas a pesar de 5 años con presupuestos históricos de más de 80 mil millones de pesos.

Es cuanto, ciudadanos y ciudadanas.

En Oaxaca no apsa nada

 

Congreso-Oaxaca

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