(www.eloriente.net, México, a 1 de marzo de 2016, por Diego González Algara).-  Este es el tercer artículo de cuatro acerca de las aulas felices. La motivación en el aula como elemento imprescindible dentro de salones felices.

“Sin motivación no hay aprendizaje”

Para iniciar, ¿qué es la motivación? de entrada, el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española [1]indica que Motivar es:

  1. tr. Dar causa o motivo para algo. ¿Qué motivó su enfado?
  2. tr. Dar o explicar la razón o motivo que se ha tenido para hacer algo. Debes motivar la respuesta.
  3. tr. Influir en el ánimo de alguien para que proceda de un determinado modo. El profesor motiva a los alumnos para que estudien. U. t. c. prnl.
  4. tr. Estimular a alguien o despertar su interés. En aquella época me motivaba mucho el estudio de las plantas.

Para el caso de este artículo tomaremos la definición 4. Pensándonos como profesores o como padres. Estimular para poder despertar el interés en nuestros alumnos, hijos, sobrinos, etc. acerca de infinidad de temas. Sacarles, como decimos en el barrio: hambre de vida.

Es fundamental la motivación del profesor, como punto de partida, para motivar a los estudiantes.

Encontrar en nuestro caminar elementos para generar el impulso y entusiasmo que día a día nos brinde motivación en nuestra labor pedagógica. Esto nos dará la pauta para poder trasmitir y establecer en el aula ambientes que propicien la generación de ideas y proyectos.

Imagen: angelsimon / 123RF Stock Photo
Imagen: angelsimon / 123RF Stock Photo

Francisco J. García Bacete y Fernando Doménech Betoret[2] nos dan algunas recomendaciones de cómo motivar en el aula:

Antes de clase

  • Realizar un diagnóstico previo a la planificación del Proceso de Enseñanza- Aprendizaje (PEA).
  • Como profesores debemos ser provocadores del éxito y no de fracaso.

 

Actuaciones a realizar durante la clase

  • Crear un clima afectivo, estimulante y de respeto durante el PEA en el aula.
  • Algunas minucias que pueden motivar: Dirigirse a los alumnos por su nombre, aproximación individualizada y personal, uso del humor (permite una mayor distensión), reconocimiento de los fallos.
  • Una manera de estimular al aprendizaje consiste en romper con la monotonía del discurso creando continuamente desequilibrios cognitivos.

Señala Héctor B. Ocampo [3] que los desequilibrios cognitivos consisten simplemente en posibilitar al alumno a contrastar sus conocimientos, ya establecidos, con condiciones novedosas.

  • Envolver a los estudiantes en una amplia variedad de actividades en donde se fomente la participación, el trabajo cooperativo y se utilice material didáctico diverso y atractivo.

Actuaciones a realizar después de la clase

  • Realizar una “evaluación criterial”. Esto es evaluar en referencia a un criterio, buscando la comparación del alumno con sus propios rendimientos o resultados, en las mismas pruebas o en relación a un criterio fijado de antemano[4] y no de manera normativa, comparando el resultado del individuo con los resultados de una población o grupo a los que pertenece.
  • Autoevaluaciones de alumnos y profesores. Expresando de forma sincera las emociones y sentimientos experimentados durante el desarrollo de la clase, así como el reconocimiento de los fallos.
  • Generar desequilibrios cognitivos después de cada lección que estimulen en los alumnos el deseo de seguir aprendiendo.
Fuente: http://lifehacker.com/how-can-i-stay-motivated-and-finish-my-school-work-1223894138
Fuente: http://lifehacker.com/how-can-i-stay-motivated-and-finish-my-school-work-1223894138

Finalmente retomo un listado muy sustancioso de 36 estrategias de motivación en el aula. Fueron propuestas por Javier Sancho de la Universidad del País Vasco en un texto titulado: Técnicas de enseñanza para mejorar la motivación de los estudiantes [5]:

  1. Empezar conociendo a los estudiantes y a su situación inicial.
  2. Conocer sus métodos de aprendizaje.
  3. Que se note el entusiasmo con tu asignatura.
  4. Intentar individualizar la enseñanza en la medida de lo posible. Dedicar tiempo a cada estudiante.
  5. Tratar a los estudiantes con respeto y confianza.
  6. Mantener altas expectativas de los estudiantes.
  7. Señalar la importancia de la asignatura.
  8. Variar los métodos de enseñanza. Que valga la pena ir a clase.
  9. Implicar, si es posible, al estudiante en la elección de algún tema a estudiar.
  10. Fomentar la participación activa de los estudiantes. Hacer preguntas.
  11. Responder claramente a sus preguntas.
  12. Nivel adecuado de la materia.
  13. Enfatizar de una manera continua los conceptos fundamentales.
  14. Utilizar ayudas visuales para explicar conceptos abstractos.
  15. Señalar qué contenidos deben ser aprendidos de memoria, y cuáles están basados en la lógica.
  16. Una vez que se introduzca un nuevo concepto, aplicarlo con ejemplos inmediatamente.
  17. Dar importancia al vocabulario durante el curso.
  18. Ser flexible, fluido, experimentador, con capacidad de adaptación a las circunstancias.
  19. Un buen profesor debe tener un toque de humor.
  20. La motivación aumenta en función de cómo esté organizado el material de estudio.
  21. Recordar que las clases magistrales no son tan malas.
  22. Al principio de clase, poner lo que se va a enseñar, el plan de batalla.
  23. En la pizarra, importante la organización y la claridad.
  24. Que cada clase tenga un comienzo, un desarrollo y un final.
  25. Utilizar la pizarra como freno.
  26. Si se realizan exámenes parciales o algún tipo de evaluación continua, transmitirle los resultados al alumno lo más rápidamente posible.
  27. Integrar los nuevos conceptos con conocimientos previos de esa o de otras asignaturas.
  28. Utilizar la técnica del minuto en la cuartilla.
  29. Preguntar a los alumnos a principio de curso cómo van a organizar su tiempo y qué van a hacer para sacar adelante el curso.
  30. Establecer medios para evaluar la propia docencia.
  31. Dar guías para aprender a aprender.
  32. Asignar responsabilidades de liderazgo a los alumnos.
  33. Ir controlando el tiempo que dedica el alumno a la asignatura.
  34. Dedicar el último día de clase a un repaso general.
  35. Recordar que las condiciones ambientales también influyen en la motivación.
  36. Dar temas provocadores. Reconociendo a los estudiantes y a su situación inicial.

Queridos lectores, sin más, les envío un abrazo digital. Nos leemos la siguiente semana.

Bibliografía

1 http://dle.rae.es/?id=PwDQ7LY

2 Francisco J. García Bacete y Fernando Doménech Betore. (2002). Motivación, aprendizaje y rendimiento escolar. evista Electrónica de Motivación y Emoción. Volumen 1,

3 http://curssocidca.tripod.com/ensenar3.htm

4 http://www.chasque.net/gamolnar/evaluacion%20educativa/evaluacion.03.html

5 http://educrea.cl/tecnicas-de-ensenanza-para-mejorar-la-motivacion-de-los-estudiantes/

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