(www.eloriente.net, México, a 17 de marzo de 2016 por Alberto Chagoya y Víctor López Velarde).-  Aunque varios de nosotros crecimos viendo aquellas películas de Disney que hacen alusión al mundo de la fantasía y que contienen un contagioso sentimiento de felicidad u optimismo ante la inocencia plasmada en el encanto de sus historias, incluso algunas de las tramas más infantiles, contienen escenas que marcaron nuestra infancia por los trágicos eventos que en ellas se narraban y por lo duro que significó enfrentarnos a esos acontecimientos a una edad tan temprana. Aunque quizá cuando éramos niños dichas secuencias nos hicieron llorar por lo incomprensible que era para nosotros enfrentar esa cruel realidad ante la perspectiva ingenua sobre la vida que se tiene durante la infancia, una vez que se llega a la adultez, esos momentos pueden tener el mismo o mayor impacto por la identificación con la esencia del sufrimiento al que se exponen los personajes o porque la experiencia nos ha hecho ver que a veces la vida misma puede ser como un cuento infantil: con instantes que parecen sacados de una fantasía o momentos crueles en los que somos víctimas de la tragedia humana.

A continuación una recopilación de nuestras escenas favoritas de películas de Disney que nos hicieron llorar de niños y de grandes.

El abandono a Todd (El zorro y el sabueso): El hogar y la familia son algo muy valioso cuando somos niños, por lo que el hecho de que te separen de a quienes concibes como tu parentela es algo sumamente entristecedor, haciendo que la escena en que la Todd (el personaje que representa al zorro en el clásico animado) es abandonado por su “adoptiva madre»-la viuda Twee- en el bosque, seguramente fue motivo de nuestras primeras lágrimas mientas se proyectaba una película. El drama se acentúa por el hecho de que el público es consciente de lo que le depara al personaje a pesar la ingenuidad de éste, por lo que también nos hace padecer el dolor de la madre adoptiva de Todd quien tendrá que abandonar a un importante integrante de su familia en el bosque, ante las exigencias del contexto en que ocurre la historia. Esa mirada del personaje humano al retrovisor mientras observa como su hijo adoptivo la observa alejarse es uno de los momentos más dramáticos que hemos atestiguado en una película infantil.

Las hermanastras rompen el vestido de Cenicienta (Cenicienta): Aunque es fácil sentirse apenado por la pobre Cenicienta en la secuencia en que las despreciables hermanastras hacen pedazos sus ilusiones tal y como destrozan el vestido que con tanta devoción había elaborado, seguramente los amantes de la moda descubrieron su vena fashionista al ver horrorizados como el hermoso vestido se hacía trizas ante los ojos de una devastada Cenicienta. Afortunadamente para ella, y para cualquier fashionista, el vestido que le obsequió el Hada Madrina superaba el diseño original que había escogido la protagonista.

Sullivan espanta a Boo (Monster Inc.): Cómo olvidar a Boo, la enternecedora niña de uno de los clásicos de Pixar, quien se ganó el cariño de Sullivan y del mismo público. Es por ello que el llanto que emana después de que conoce una faceta desconocida de Sullivan para ella es contagioso incluso para la audiencia. Otro momento dramático tiene lugar cuando monstruo y niña tienen que despedirse en la recta final de la película.

El secuestro de Penny ( Bernardo y Bianca): En varios clásicos de Disney se tratan temas espinosos, quizá de manera sutil, pero se deja entrever una madurez al momento de tratar asuntos desgarradores y no siempre aptos para niños. En este caso, se aborda la penosa situación de los niños huérfanos y la forma en que la ilusión de ser rescatados por una familia que les dé amor es desvanecida cuando los tutores no siempre son lo que esperaban, como el caso de Medusa, quien tiene a Penny secuestrada para que busque un diamante escondido en una peligrosa cueva. Aquella escena en que la que la pequeña huérfana pide auxilio o en la que es sumergida al interior de la cueva nos abren los ojos sobre las formas que puede tomar la crueldad humana.

La destrucción del Cupido Motorizado (Herbie: A toda marcha): La última película de Herbie está lejos de ser un clásico o una de las películas más memorables de Disney, ya que básicamente la trama se decanta por tratar de impulsar la carrera de una Lindsay Lohan que nunca prosperó como actriz. Como sea, aunque la película a duras penas contiene momentos dignos de ser mencionados, uno de ellos es capaz de robarnos las lágrimas en aquella escena en que después de que el personaje de Lohan llama «pedazo de chatarra» al cupido motorizado, éste queda devastado conduciéndose hasta un chatarrero de autos en los que termina a punto de ser destruido. Aunque afortunadamente Lindsay va a su rescate, la mirada de Herbie a punto ser demolido es devastadora para niños y grandes.

Las escenas de Tarzan con su madre adoptiva Kahla (Tarzan): El tema de Phill Collins «You’ll be in mi Heart» ha pasado a la memoria de quienes crecimos con Disney y en gran parte se debe a las secuencia en que Kahla, la madre simio, adopta a Tarzan después que los padres de éste fueran asesinados por el guepardo Sabor entonando justamente esa canción.

Otros momentos enternecedores tienen lugar cuando Kahla hace que Tarzan escuche los respectivos latidos de sus corazones o cuando lo va salir de la que fuera casa de sus padres biológicos vestido de «hombre».

La muerte de Tadashi (Big Hero 6): Big Hero 6 quizá tampoco es una de las películas más conocidas de la factoría Disney, pero eso no quita a que quienes la hemos visto se nos haya hecho un nudo en la garganta en la escena en que el joven Tadashi, con todo su futuro por delante, muere en una explosión.

Mia se convierte en princesa y posteriormente Reina de Genovia (El Diario de la Princesa): Uno de los intentos de Disney por acercase a ese público teen que vive el drama de la adolescencia fue este filme que también conquistó a chicos y grandes, además de presentarnos a la grandiosa Anne Hathaway, la Audrey Hepburn del Siglo XXI (aunque esa es otra historia). La película es algo melosa, pero aún así logró empañar nuestros ojos en la primera parte en que, creyendo que Mía iba a rechazar el título de Princesa de Genovia, lo acepta ante la sorpresa de su madre y abuela con un muy conmovedor discurso. Otro momento digno de secarse las lágrimas ocurre al final de la segunda parte en que vemos a la Reina entregarle la Corona a Mía.

La historia de Ellie y Carl (UP): Pocas veces Disney retrató el paso a la vejez como en este enternecedor relato y gran parte de su efectivo resultado se debe a la forma en que construyen los personajes a partir de este tan honesto y cargado de sensibilidad fragmento de la película, en donde una mirada al pasado del protagonista es suficiente para hacernos comprender el porqué de su presente y hacernos complice de su travesía. Quizá es la mejor radiografía sobre el paso a la vejez que se ha hecho en el cine contada a través de la juventud de los personajes.

La muerte de la mamá de Bambi (Bambi): Es quizá una de las escenas más traumáticas de nuestra infancia en la que Disney no se compadeció de los infantes ni de los corazones más sensibles. El despliegue de felicidad presente en la película hasta ese momento queda desvanecido por el disparo del cazador que arrebata la vida de la mamá de Bambi quien muere procurando proteger a su descendiente. El cuerpo tendido de la madre siendo velado por su hijo es a la fecha una de las imágenes más devastadoras presentes en una película animada.

La muerte de Mufasa (El Rey León): El asesinato de la mamá de Bambi no fue la única muerte de un progenitor dentro de una película de Disney, puesto que en El Rey León es la muerte de Mufasa, padre de Simba, otro de los momentos que nos hizo llorar durante nuestra infancia. De cualquier modo, el fallecimiento de un progenitor es uno de los acontecimientos más duros a los que se enfrenta el ser humano, por lo que es inevitable caer rendidos ante lo trágico del evento en una de las escenas más crudas en una película infantil (por lo que implica que el asesinato es orquestado por el hermano de Mufasa: Scar). Por más veces que veamos esta película, será inevitable que se nos haga un nudo en la garganta dado que el drama es rematado por una secuencia anterior en que Mufasa da una lección a Simba sobre el ciclo de la vida mientras ambos observan el cielo estrellado.

La muerte de Jack Sparrow (Piratas del Caribe:El Cofre de la Muerte): Ya que estamos recordando la muerte de personajes emblemáticos, la que ahora referimos pertenece a una película que quizá es una de las menos infantiles de la compañía, pero de cualquier modo, el sentimiento de tristeza es inevitable ante la muerte de uno de los personajes más queridos de Disney del nuevo milenio. Más allá de lo inesperado del momento, la osadía, heroísmo y buen humor con la que el personaje hace frente a su destino, hacen que la escena tenga en suficiente poderío dramático cada que la veamos a pesar de que sabemos que Sparrow no muere realmente.

Andy se despide de sus juguetes (Toy Story 3): La historia de los juguetes más queridos del cine nos trajo consigo un par de tristes secuencias que contrastaban con el tono ameno del relato. Aunque en la segunda parte nos prepararon un poco con el momento musical en que Jessie cuenta cómo fue que su dueña la abandona, la verdadera prueba de fuego, viene con la tercera parte en que, a pesar de las ganas de cerrar los ojos, no podemos apartar la mirada de la pantalla cuando los juguetes se toman de las manos al creer que morirán incinerados. A pesar de lo dramático que es esa escena, el momento en que se desbordan las lágrimas es con el final de la película, en que el universitario Andy regala sus juguetes a una pequeña niña mientras juega con ellos por última vez. Quizá el motivo por el que esa escena fue tan llegadora se debió a que los niños que crecieron con la primera y segunda parte de Toy Story, estaban a punto de partir a la universidad cuando se estrenó la tercera parte, por lo que el despedir a esos juguetes fue una muy digna manera de despedirnos de nuestra infancia en unos de los finales más sublimes que han existen en un filme animado.

La humillación a Quasimodo (El Jorobado de Notre Dame): A la fecha, persiste el debate si realmente El Jorobado de Notre Dame es una película infantil o es una historia adulta hecha dibujos animados, puesto que hay bastantes (y muy violentas) secuencias que seguro de niños nos dejaron sumamente impactados, además del trasfondo de que el Juez Frollo quiere poseer (en más de un sentido) a la Gitana Esmeralda a lo largo del filme. Aunque es difícil escoger una escena; puesto que los insultos y el hacer valer menos a Quasimodo son una práctica constante en la historia, la secuencia en que el pueblo humilla al Jorobado de Notre Dame aventándole cosas y gritándole que es un monstruo, es una de las más duras de atravesar dentro de una película animada. También se destaca el asesinato de la madre de Quasimodo, el momento en que el villano juez hace arder varias casas de París con tal de encontrar a la Gitana o el final en que Esmeralda escoge a Febo y no a Quasimodo, lo que hace de El Jorobado de Notre Dame un de las pocas películas de Disney en que los protagonistas no terminan juntos y quizá la película de dibujos animados más trágica de la historia.

La partida de Mary Poppins: Aunque podríamos hacer una mención especial a aquella escena en que Poppins entona el tema «Feed The Birds» contándonos la historia de aquella mujer que se gana la vida vendiendo migajas de pan en la catedral o en la que Bert hace entender al Señor Banks lo que significa asumir el rol de un padre, en realidad la escena más dramática de la película, es también quizá la más feliz aconteciendo al final de la película. Es precioso ese momento en que la niñera comprueba cómo su misión quedó realizada al observar cómo los niños se marchan a volar una cometa con su padre sin despedirse de ella, mientras ella se eleva por los aires sabiendo que no los volverá a ver. No es una escena de lágrimas, pero el nudo en la garganta se asoma ante el sentimiento de felicidad y nostalgia que se impregnan en el momento.

Dumbo es arrullado por su mamá: La suprema de todas las escenas lacrimógenas de Disney. No es necesario ni violencia ni un asesinato para hacer que las lágrimas escurran, ya que esto se logra tan solo demostrando el amor inquebrantable entre una madre y su hijo. La canción de cuna que entona la mamá elefante a Dumbo mientras lo arrulla con su trompa a través de las rejas es tan demoledora que a pesar del paso del tiempo sigue siendo una escena que nos arranca las lágrimas por más que nos sepamos de memoria la secuencia, cuyo efecto remata cuando la mamá de Dumbo asoma la trompa por los barrotes para despedirse de su pequeño.

Pocahontas y John Smith toman caminos separados: Aunque Pocahontas es una película encantadora, nadie podrá negar que la recta final de la película contiene un trasfondo un tanto adulto que va desde el asesinato de Koku (el prometido de Pocahontas) hasta el momento musical en que entonan Bárbaros, siendo uno de las secuencias más oscuras de Disney. El final es uno considerado de los más hermosos no sólo dentro de una película animada, sino que ha sido catalogado como uno de los más bellos finales dentro de un filme de naturaleza romántica y es totalmente comprensible quedar fascinados ante la poesía de ese desenlace cuando la hermosa partitura ganadora del Oscar a cargo de Alan Meken tiñe de drama esa adiós que se dan los personajes mientras ven conforme se alejan, como sus destinos van por diferentes caminos.

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