Es la Cultura

“En los pueblos de Oaxaca se conoce así (Guelaguetza) a una tradición antiquísima según la cual, cuando se invita a asistir a un bautizo, confirmación, quince años, casamiento o defunción, el invitado no puede llegar con las manos vacías sino tiene que llevar su cooperación o guelaguetza… se hace una lista de obsequios entregados que se traduce en compromiso social de retribuir:

Gustavo Pérez Jiménez”

(www.eloriente.net, México, a 16 de julio de 2018, por: Juan Pablo Vasconcelos, @JPVmx).- Si uno pudiera escribir desde el inicio de nuestros días, una lista de personas que nos han obsequiado algo, que nos han brindado su “guelaguetza”, que nos han ayudado sin ningún interés adicional, más que por el solo hecho de ser parte de la comunidad y de estar vivos, entonces nos gastaríamos el resto de nuestros años repasando esos nombres y agradeciendo.

Agradeciendo y reciprocando.

Esa lista sería quizás interminable. Desde muy pequeños recibimos de otros seres humanos, a veces incluso sin saberlo. De hecho, el mundo funciona y seguirá funcionando con base en esas entregas, unas veces con remitente y otras muchas anónimas.

Hubo alguien, por ejemplo, durante nuestros años más vulnerables, que nos mostró la diferencia entre el frío y el helado; el peligro mortal de los escalones disparejos; nos tomó de la mano para aprender lo básico: después del derecho, el izquierdo.

Pero ya luego, con ejemplos menos evidentes e inmediatos, cuánto agradecer a quienes se han quemado las pestañas para inventar las vacunas, los tratamientos que más de una vez nos han salvado de la muerte. Y también a los poetas, que han hecho lo mismo que los inventores de esos tratamientos, pero sin las batas blancas.

Habría que agradecer a los abuelos de nuestros abuelos por haberse conocido.

Imposible dejar de hacer lo propio con la primera persona que confió en ese chico inexperto, quien tocó su puerta para pedir un empleo y lo dejó entrar, para luego transformarse con el paso del tiempo en ti, ese hombre que lee estas líneas.

O bien, hasta cuándo terminará la necesidad de agradecerle a nuestro amigo más cercano, el hecho invaluable de contagiarnos su alegría incluso en los momentos más sombríos.

Si de hacer una lista de todo lo que hemos recibido a lo largo de nuestras vidas se tratara, quizá no alcanzarían las horas que nos restan para terminar de retribuir.

Por eso, no tanto es la lista, sino la actitud.

Cualquier oportunidad, cualquier minuto, son óptimos para agradecer y reciprocar. A veces una palabra, a veces un gesto. Otras, la situación es más compleja y requiere incluso un desembolso. Pero ni la palabra, ni el gesto ni el desembolso sincero dejan de compartir una misma naturaleza: dejar vivo el mecanismo con el cual el mundo sigue y seguirá funcionando. Se comparte y se recibe. Se siembra y se cosecha.

Se ayuda y nos hacemos mejores.

Por eso, el espíritu de estos días en Oaxaca particularmente, cuando inician los días de Guelaguetza, no está propiamente en dar, sino en retribuir.

No es entregar, sino formar parte de una comunidad que se reconoce interdependiente, deudora mutua, entrelazada por años de historia y hecha posible solo por el trabajo y el esfuerzo común. Nuestro privilegio es formar parte de este pueblo.



Llévalos a China

Con este espíritu de apoyo verdadero y tangible, he sabido de 3 niños: Fanny, Diego y Omar, que del 3 al 12 de agosto próximo, participarían en el Torneo Internacional Robotchallenge 2018, en la ciudad de Beijing en China.

Lo escribo así, en modo de suposición, pues hasta la fecha no han logrado conjuntar los recursos para poder pagar su inscripción en el Torneo ni tampoco los gastos de hospedaje necesarios.

Es decir: con su esfuerzo y estudio, se ganaron el derecho y la acreditación a la competencia, incluso han obtenido los mejores resultados en las pruebas regionales de la WRO (World Robot Olympiad) donde fueron finalistas en Monterrey en 2017, pero a la fecha solamente unos cuantos ciudadanos, instituciones y empresas han soportado su causa.

A modo de lista de “guelaguetza”, los anoto: Maribel Martínez Ruiz, Monte de Piedad y Sistema DIF, Horacio Antonio, Roberto Cabrera Vera, Benjamín Robles, Chocolates La Soledad, IEEPO y diversos medios de comunicación para difundir la nota como El Imparcial, Noticias, Primera Línea, entre otros.

Los padres de estos niños, me dicen que con la ayuda de otras personas más, podría ya finalmente completarse para que el viaje sea una realidad.

Les dije que la lista debía ser pública pues quien recibe, adquiere el compromiso social de retribuir cuando sea el caso.

No dudo que esos niños retribuirán con creces a la comunidad el apoyo que reciban.

Para donar, los encuentras en Facebook: Llévanos a China; en Twitter: @LlevanosaChina, o bien, escríbeme (@JPVmx) y te pongo en contacto directo con ellos.

Editorial Pharus 10 años

Jesús Rito García quizá sea uno de los poetas con quien mayor deuda tienen las letras en Oaxaca.

Dedicado a difundir la literatura, a inspirar, Jesús emprendió hace ya una década un proyecto editorial independiente, que ha logrado sobrevivir, pese a no estar financiado por alguna gran fortuna o impulsado frontalmente por las instituciones gubernamentales.

Pharus, es lo que es: un reducto para los poetas y escritores en lengua castellana, que ha visto cómo los proyectos editoriales se van derrumbando uno a uno a su alrededor, pero que no se amilana ni se desgrana.

Por el contrario, he sabido de la llegada ahora del Espacio Pharus: Libros Arte Latería en Puerto Escondido, para el próximo 4 de agosto.

Allí, además de celebrar la primera década de la editorial, se reunirán autores, talleristas, músicos y artistas para continuar abriendo bahías a las letras.

Larga vida Jesús, larga vida a Pharus.