Por: Ángeles Morales

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“La opinión pública es un poder al que nada resiste”

Napoleón Bonaparte

Hace algunos días el Congreso del Estado de Oaxaca aprobó la nueva reforma electoral con la que los órganos electorales organizarán el proceso electoral 2013 donde se elegirán 42 diputados locales y 570 presidentes municipales. Dichas modificaciones a la Ley electoral a la luz de los retos que observamos durante la elección presidencial pueden parecer insignificantes. Sin embargo, en materia de regulación de encuestas, sondeos y estudios de opinión publica en materia electoral representan un breve avance para dar mayor certeza a los ciudadanos y para castigar las malas prácticas hechas por agencias de investigación nuevas y consagradas que han quedado impunes ante la simple defensa de acertar en el resultado olvidando los amplios márgenes de diferencia que dieron entre 3 y 11 por ciento entre el primer y segundo lugar.

El avance en esta Reforma consiste no sólo en la regulación de los tiempos para el levantamiento de encuestas, sino en la definición de los instrumentos que cada agencia de investigación deberá de entregar al Instituto Electoral, entre ellos su metodología, cuestionarios, así como acreditar su expertise, su profesionalismo y su capacidad técnica para hacerlo. Además, cada agencia entregará al órgano electoral sus resultados, el nombre de quien mando a levantar la encuesta, el tamaño de la muestra y un elemento clave, que dice que “la encuesta solo tiene validez en el momento de haber sido levantada sin que muestre una tendencia irreversible”.

Recordemos que una de las a autocríticas que se han hecho las agencias que integran la Asociación Mexicanas de Agencias de Investigacion (AMAI) es “ser más precisos porque el elector los ha tomado por centros de predicción” Y es que la ciudadanía al leer una encuesta olvida que los resultados muestran solo un momento, un instante fotográfico que no representa una tendencia irreversible y si a ello se le aúna una especulación mediática  en radio, televisión o redes sociales, pueden convertirse en instrumentos de manipulación de masas. Por tanto, la transparencia con la  que el Instituto Estatal Electoral maneje esta información es clave para un ejercicio equitativo para todos los partidos políticos. Y en caso contrario, mostrar sanciones severas para quienes incumplan o intenten tergiversar la opinión pública deliberadamente, ya sean encuestologos, medios de comunicación e incluso los propios particulares simpatizantes de algún partido político.

Finalmente, las encuestas no deben convertirse en un medio burdo de propaganda política como lo ha definido John Ackerman, sino en un instrumento metodológico que permita identificar los problemas y evaluar resultados de gobierno. Un uso inteligente de ellas, al final beneficia directamente más a quien las analiza que a quienes intentan utilizarlas.  Dicho en palabras de artista francés Marcel Duchamp “Contra toda opinión, no son los  pintores sino los espectadores quienes hacen los cuadros”.