Por: Alfredo Woolrich

El fútbol debe estar aportando algo a la humanidad dijo Alejandro Jodorowsky. La popularidad y el impacto universal generados por el deporte de las patadas hace que no solamente futbolistas, técnicos y directivos busquen acercarse al fenómeno: reyes, jefes de estado, empresarios, presidentes y demás miembros de la élite política y social se insertan directa o indirectamente de la fiesta del fútbol.

La sede de la FIFA en Zúrich, se vistió de gala con la visita de Su Alteza Real la Princesa Astrid de Bélgica. Madre de cinco hijos y Representante Especial de Roll Back Malaria, una organización de trabajo destinada a combatir la malaria alrededor del mundo, explicó el papel social y cultural del fútbol así como el inmenso potencial que posee la FIFA para ayudar a los sectores más vulnerables del orbe.

Aparte de disfrutar los partidos de fútbol por televisión y alegrarse que sus dos hijos lo practiquen, la Princesa Astrid considera que el fútbol es mucho más que un deporte, ya que fomenta el trabajo en equipo y tiene el poder de influir en las conductas y de generar cambios sociales duraderos en todos los rincones del mundo. Asimismo, Su Alteza Real considera que las personas de diferentes orígenes étnicos y sociales encuentran sobre el terreno de juego un espacio común, donde se olvidan las diferencias. Independientemente de las filiaciones y alianzas personales, el fútbol tiene la capacidad de unir a las comunidades. El reto consiste en aprovechar ese poder unificador para fomentar el cambio social y difundir mensajes de esperanza.

Como Representante Especial de Roll Back Malaria (RBM), la Princesa Astrid tiene el objetivo de incrementar la relevancia de la malaria en la lista de prioridades a tratar en los foros internacionales, para que paulatinamente la cantidad de personas con esta enfermedad se reduzca hasta que esta lacra pertenezca definitivamente al pasado.

Los datos revelan que casi la mitad de la población mundial corre el riesgo de contraer malaria. El virus infecta anualmente a 219 millones de personas y cobra la vida de más de 650 mil cada año. Aunque las estadísticas han indicado la reducción del 25% de las muertes desde 2001, el verdadero esfuerzo es fomentar la información para prevenir dicha enfermedad y evitar que regrese a las zonas donde ya ha sido eliminada.

El papel de la FIFA en grandes problemas mundiales, como es el caso de la malaria, es el de fungir como mensajera y fomentar el cambio social, ya que es la entidad representativa de un deporte practicado por millones de personas en todo el mundo. Algunos programas como FIFA “FIFA “Football for Health” y “11 para la Salud”, tratan de aprovechar la influencia que el fútbol tiene para promover una conducta sana y difundir mensajes de esperanza entre las comunidades que luchan por superar problemas sanitarios como la malaria y el VIH/SIDA.

La capacidad del fútbol para unir a las comunidades ha permitido que RBM utilizara publicidad en el Mundial de Sudáfrica 2010, cuando los ojos del mundo estaban puestos sobre el continente que posee mayor índice de casos de malaria. Actualmente teniendo como portavoces a importantísimos futbolistas africanos como Samuel Eto’o y Didier Drogba y utilizando el escenario de la presente Copa Africana de Naciones, el fútbol llega a los aficionados de las comunidades vulnerables con mensajes que salvarán vidas y les ayudarán a prosperar.