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22 de febrero de 2013

eloriente.net (Oaxaca, Oax.) 22 de febrero de 2013.- Una bandera del Ejército Constitucionalista, que perteneció hace cien años a las brigadas del Centauro del Norte, Francisco Villa, es sometida a un minucioso proceso de restauración por alumnos de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM), del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), informó a través de un comunicado dicho Instituto.

La titular del Seminario de Conservación y Restauración de Textiles, Lorena Román Torres, quien dirige este proyecto iniciado en noviembre del 2012, informó que se trata de una bandera que tiene un siglo de antigüedad y formó parte de la División del Norte.

De acuerdo a la información difundida por el INAH, la insignia mide 148 centímetros de largo por 88 de ancho y fue utilizada por grupos villistas de 1913 a 1916, aproximadamente; en el lienzo central tiene la inscripción: “Ejército Constitucionalista. Brigada Villa. 2° Regimiento”.

Román Torres agregó que esta bandera pue entregada al INAH para su restauración por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Ana Karen Morales, María Ruiz Cervera, Margarita Alcántara, Laura Adriana Téllez y Arturo Antonio Egea Salas, alumnos del cuarto semestre en la ENCRyM, se encargan de dar atención a la bandera constitucionalista, luego de haber evaluado las condiciones que guarda la tela (seda) e identificar el resto de los materiales constitutivos, proceso que se efectuó antes de haber hecho el retiro de las costuras.

Otra de las etapas de la restauración del lábaro fue la realización de análisis para la identificación de la técnica de manufactura, de sus fibras y soportes. La bandera también fue sometida a una observación en luz ultravioleta, para identificar los daños provocados por el polvo, el tiempo, la intemperie, la humedad, así como por los rastros de sangre que presentaba.

Cabe mencionar que el destino de la bandera constitucionalista será el Museo Histórico de la Revolución Mexicana, con sede en Chihuahua, a cuyas autoridades los expertos del INAH recomendarán un control especial de temperatura y de humedad, y ante todo, evitar su exposición a la luz directa.

Los alumnos encargados de la restauración expresaron que “Este lábaro bandera ‘habla y tiene su propio ADN’; desde hace 100 años nos ha mostrado, como en este caso, que es un símbolo de identidad, inicialmente de una brigada, y después de unos ideales. En ella encontramos restos de la sangre que fue derramada durante las guerras en las que ondeó, y sigue tan viva como antaño, representando los valores que nos unen”.

Román Torres informó que el seminario que dirige, desde el año 1996 se emprendió el reto de restaurar lábaros históricos; “desde entonces hemos investigado y analizado los materiales, el significado y el contexto de diversas banderas, estandartes, gonfalones, como las que integran las colecciones de los museos nacionales de Historia ‘Castillo de Chapultepec’ y de las Intervenciones, así como algunos estandartes del Ejército y de la Marina».

Indicó que el primer gran reto de este seminario fue la restauración de la Bandera de San Blas, considerada una de las más importante del país, misma que por decreto presidencial (1944) es la enseña emblemática del Museo Nacional de Historia.

 

Foto: INAH