Crónicas Beisboleras: Pelota Caliente desde Juárez

eloriente.net

Por: Jaime Palau Ranz

Creo que soy afortunado en esta vida, a los siete años de edad, me dio una encefalitis viral, es una extraña enfermedad que se deriva de un virus que causa inflamación en el tejido cerebral, es provocado por picadura de mosquito, por una alergia a una vacuna o por alguna otra razón. A saber cuál sería la que me lo causó. En algunos casos se pueden provocar daños severos como perder la vista, el oído, la memoria, el control muscular, el lenguaje y hasta la muerte, por suerte salí completamente ileso, en esa época se consideraba que así lo lograban solo un 15% de la población mundial que la había padecido. Quiero suponer que con los avances en la medicina, las vacunas y demás ayudas médicas, ese promedio debe haber aumentado.

A los casi nueve años me fueron detectados unos ganglios en ingles y axilas, al hacer la revisión médica se dan cuenta que sufría de criptorquidea, que en cristiano significa testículos no descendidos. En la torre. Las estadísticas demuestran que lo padecen el 3% de los recién nacidos, a los diez meses ya solo lo presentan el 0.8% de los niños y la operación para corregirla se debe realizar cuando mucho a los dos años de vida… ¿pero a los nueve? Después de mucho estudiar el caso deciden realizarme la orquidopexia bilateral en el Sanatorio Infantil de la Ciudad de México, la operación fue un éxito, aunque el Dr. Cuevas aseguraba que aunque la probabilidad de tener hijos sería muy baja, por lo menos se quitaba un riesgo muy alto de sufrir cáncer de testículos a temprana edad. El tiempo indicó que también entré dentro de una estadística muy reducida pues tengo tres maravillosos hijos.

Cuando ya tenía 46 años, me sobrevino un accidente vascular, léase derrame cerebral, es algo verdaderamente complicado, el cerebro es tan exacto en el espacio que tiene dentro de la cabeza, que cualquier opresión le ocasiona daños. Un sangrado por muy ligero que sea causa lesiones, por supuesto, la gravedad de éstas dependerá del lugar donde suceda, nuevamente queda a expensas de la suerte quien lo sufre, por fortuna fue en el lado izquierdo del cerebro y me afectó los sentidos, perdí algo de vista del ojo derecho, permanentemente tengo un zumbido en los oídos, me cambió la voz y tuve que aprender a respirar nuevamente ya que siempre estaba mareado por aspirar a un ritmo que sobre oxigenaba mi cerebro. También me generó mucha ansiedad y falta de sueño. Estas dos últimas circunstancias ya han sido controladas, aunque aún duermo poco ya no requiero de ningún medicamento, la conclusión fue que se reventó un angioma y que no tengo aneurismas, me han realizado 3 angioplastías que lo han confirmado (entran por la ingle con una sonda que pasa por tres arterias y sube internamente hasta el cerebro donde se aplica medio de contraste mientras se toman miles de placas magnéticas). Me dijeron en Phoenix, Arizona, que soy muy afortunado pues solo el 1.5% de la población mundial que sufre un tema de hemorragia cerebral no tiene aneurismas, nuevamente salí prácticamente sano, mi memoria y movimientos están intactos.

Finalmente el año pasado fui picado por un mosquito y contagiado de dengue; yo siempre creí que era una especie de gripa, nada más lejos de la realidad, los síntomas son dolor de cabeza, de huesos y fiebre intermitente, que por cierto, hicieron su aparición justo el día que se realizó el séptimo juego de la fantástica Serie Mundial del 2014. Hice estudios y resultó ser dengue grave, del que destruye tus plaquetas y por lo tanto no hay defensa ante una posible hemorragia, se te puede ir la sangre como agua ante cualquier corte, me ordenaron reposo y me quedé en casa haciendo talacha, cargando cajas, subiendo y bajando, como no me sentía desfallecer y tampoco estaba consciente de la gravedad, con el continuo movimiento seguía destruyendo las plaquetas que llegaron a un nivel bajo muy preocupante, hasta que mis amigos médicos se encargaron de abrirme los ojos y casi amarrarme.

Justo estaba en esa preocupación de haberla librado tantas veces y ahora se estaba tornando peligroso algo que en teoría no tenía riesgo de más, cuando sonó el teléfono de casa, era Mario Payán Ureña desde Ciudad Juárez, Chihuahua, conductor de un programa de radio especializado en béisbol que se transmite en vivo todos los días y que se llama “Pelota caliente”, está dirigido a los miles de aficionados a este maravilloso deporte que habitan el norte de ese estado y el sur de los Estados Unidos, hablar de béisbol fue una bocanada de oxígeno en esa angustia limitada a una habitación solitaria.

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La verdad hemos platicado muy sabroso y ha hecho el favor de llamar ya cuatro veces, yo le felicito por la labor que realiza diariamente para un público deseoso de información y muy participativo, ya que su línea telefónica siempre está abierta a quien quiera hablar para hacer comentarios o preguntas, además, para mantener el interés de sus radioescuchas, realiza entrevistas en vivo a jugadores, entrenadores, directivos, estrellas retiradas y a todo aquel que tenga algo que decir en el entorno del mundo de la pelota caliente, es un estupendo esfuerzo por abarcar las ligas locales, regionales, béisbol amateur, Liga Mexicana de verano, Liga del Pacifico, por dar a conocer la existencia de otras ligas profesionales en el país y por informar lo que pasa en los países caribeños y en las Grandes Ligas, muy agradecido por lo que a mí respecta, saber que hay lectores de mi columna en varios rincones del mundo es estimulante.

Ya viene mi cumpleaños, es el 27 de enero, la verdad nunca me ha importado celebrarlo, este año si lo voy a hacer, he aprendido que si quieres que te feliciten debes anunciarte con tiempo, de otra forma, nadie se entera.

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Seguiré comentando la próxima semana.

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