Plan Sectorial de Turismo: reto y oportunidad.
Por Abdón Vazquez Villalobos

11 de julio de 2017. En pocos días, tras los ajustes que el Congreso del Estado realice a la propuesta del Plan Estatal de Desarrollo 2016-2022 (PED 2016-2022) enviada por el Ejecutivo estatal, el trabajo coordinado llevado a cabo por las dependencias y la sociedad civil a través de las mesas sectoriales de planeación participativa y los foros regionales convocados por el Comité Estatal de Planeación para el Desarrollo de Oaxaca (COPLADE) se concretará en un documento oficial que regirá las acciones de gobierno durante la actual administración.
Por supuesto, el turismo, cuya importancia y peso en los ámbitos social, económico y humano de Oaxaca ha ido confirmándose cada vez más desde las últimas décadas del siglo pasado, representa uno de los principales ejes sobre los cuales se desarrollan los objetivos y estrategias de ese documento, definidos en apego a las políticas públicas establecidas por el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018.

Los planteamientos realizados por los participantes durante la “Mesa Sectorial Oaxaca Productivo Innovador: Desarrollo Turístico”, convocada por la Secretarìa de Turismo, fueron indudablemente el fundamento de los objetivos y estrategias que ahora forman parte del PED. En dicho evento —que reunió a más de 250 representantes no sólo del sector turístico sino de los ámbitos académico, cultural y de servicios, además de productores, artesanos y estudiantes, entre otros—, se evidenció la necesidad de trabajar en conjunto, coordinada y coherentemente, para lograr la tan ansiada consolidación de la actividad, los productos y la oferta de turismo del estado.

Los participantes, a través de sus diferentes propuestas, dejaron claro que la magnitud de las riquezas y potencialidades de Oaxaca hace necesario diseñar y aplicar esquemas eficaces de creación y consolidación de los productos turísticos, así como estrategias de promoción y comercialización basadas en las particularidades y potencialidades de dichos productos, a través de los canales más adecuados y eficientes de comunicación, privilegiando las nuevas tecnologías con base en su gran poder de penetración y las ventajas de su inmediatez.

En el contexto de la labor conjunta entre gobierno y sociedad, el paso siguiente es definir los esquemas específicos de acción en el sector turístico. Esta es la gran oportunidad que nos brinda el Plan Sectorial de Turismo, documento cuya integración, en un nuevo ejercicio de planeación participativa y coordinada con todos aquellos involucrados, emprenderemos en los próximos días.
Los elementos de este instrumento deben también mantener concordancia con las políticas federales de turismo, y muy particularmente, alinearse a lo establecido en el PED 2016-2022, sobre una base conceptual que genere siempre políticas abarcadoras que comprendan principios de equidad de género, inclusión social, accesibilidad y sustentabilidad.

Sin embargo, este ejercicio de planeación nos compromete a ser muy cuidadosos en la definición de los objetivos en cuanto a su fundamento y alcances, pues existen temas que, por su naturaleza, requieren continuidad y trascendencia aun en nuevos periodos gubernamentales. Así mismo, y de modo muy específico, a partir de una coherente sujeción a las condiciones y condicionantes presupuestarias, la integración de un Plan Sectorial de Desarrollo debe ser riguroso en cuanto a la
optimización de los recursos, evitando iniciativas o proyectos que no se fundamenten en criterios reales de aprovechamiento y que pulvericen los esfuerzos o los recursos financieros y técnicos.
En este sentido, la focalización de esfuerzos y proyectos debe apoyarse en los análisis que muestran las áreas y clústers que poseen las mayores fortalezas y vocación turística, además de ostentar indicadores favorables en cuanto a la afluencia y a la derrama que ésta genera. Así enfocados, las estrategias y programas de profesionalización y promoción lograrán sus mejores frutos, pues los mercados actuales exigen una oferta turística altamente competitiva, especialmente en términos de riqueza del producto turístico, calidad en el servicio, infraestructura turística y complementaria, conectividad y experiencia vivencial del visitante.


No me atrevería a decir que la integración del Plan Sectorial de Turismo es un reto menor, pues los muchos años dedicados al turismo me han hecho saber que la coordinación y la conciliación de objetivos y estrategias no son labores fáciles; sin embargo, esa misma experiencia, y la experiencia de participación que los involucrados en el sector mostraron en la pasada Mesa Sectorial de Turismo, generan expectativas de que todos aquellos que en ella nos acompañaron —y para quienes el turismo, el turismo de alta calidad, es realmente una herramienta de desarrollo y progreso para los oaxaqueños y sus familias—, coadyuvarán de nuevo a avanzar un paso más en hacer de Oaxaca un destino imprescindible en los mercados de viaje del mundo.
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