(www.eloriente.net, México, a 25 de septiembre de 2018, por RFI).- Las autoridades estadounidenses han anunciado el inicio de la construcción de un muro junto a la frontera mexicana este sábado 22 de septiembre. En realidad, se trata de un tramo de 6,5 kilómetros que separa El Paso, Texas, de Ciudad Juárez, México. Está lejos de ser la materialización de la emblemática promesa de campaña de Donald Trump en 2016.
De los 3,169 kilómetros* de frontera con México, el muro, cuya construcción dio inicio en El Paso, Texas, se extenderá sobre una modesta porción de 6,5 kilómetros y debe estar concluido en abril de 2019.
La obra, de 5 metros de altura y calificado por los servicios aduaneros de “más eficaz” que la actual barrera a la hora de disuadir a los inmigrantes clandestinos de cruzar, costará 22 millones de dólares, un detalle comparado con los entre 22.000 y 25.000 millones de dólares que Donald Trump sigue buscando para financiar su famoso muro antiinmigración.
«Este nuevo muro será mucho más resistente y eficaz para disuadir la entrada de probables (inmigrantes) clandestinos», comentó Aaron Hull, responsable de la policía de fronteras en la zona de El Paso, citado en un comunicado.
El ambicioso proyecto de Trump, cabe recordar, está congelado desde el punto de vista legislativo. Sin haber obtenido que México financie la construcción del muro, el mandatario tampoco convenció a los congresistas de otorgar los fondos necesarios. La financiación sigue estando bloqueada en el Congreso y había incluso provocado un “shutdown”, es decir la incapacidad de votar el presupuesto anual del Estado, antes de alcanzar finalmente un compromiso provisorio.
Desde el lado mexicano
El presidente electo Andrés Manuel López Obrador ya hizo saber que no quería abordar el tema con Trump para evitar una confrontación. “AMLO” privilegia un acuerdo sobre un acuerdo sobre la cuestión migratoria basado en convencer y dialogar, apunta el corresponsal de RFI en México, Patrick-John Buffe.
Ante la política del hecho consumado, López Obrador recordó sin embargo que sólo cuando asuma el poder, en diciembre, pondrá sobre la mesa la discusión del muro.
«No quiero tratar el tema, no lo quiero tratar porque ya deben ustedes imaginar cuál es mi postura», dijo el sábado López Obrador a periodistas en el norteño estado de Sonora, limítrofe con Estados Unidos.
“Vamos a convencerlos de que el problema migratorio no se resuelve construyendo muros o con el uso de la fuerza, pero es una labor diplomática de respeto, no vamos a pelearnos con el gobierno de Estados Unidos, no nos vamos a pelear con el presidente Donald Trump», agregó el futuro mandatario.
* modificado por redacción
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