@Julio Ramírez

JULIO RAMÍREZ es un escritor oaxaqueño, promotor de la lectura y de los escritores. Nació un 27 de febrero de 1953.

Desde 1987 dirige el taller literario de la Biblioteca Pública Central de Oaxaca, en pleno centro de la ciudad. Allí, han surgido algunos de los escritores y escritoras más representativos del estado.

Dirige la revista Cantera Verde y su fondo editorial. Además, fue director huésped de Tierra Adentro en 2001. Poemas suyos han sido publicados en La Gaceta del Fondo de Cultura Económica, La pura y Sábado, entre otros.



Poemas

A fin de cuentas, uno se muere
y ya
mientras las sábanas sueltan su olor
a piel de yerbabuena
para el té que no podrá curar
ausencias, la tuya, la de tantos,
al igual que esos medicamentos indeseables
que solamente prolongan el estar aquí
cuando nuestros deseos no son designios
sino aullido de perro abandonado
en este tránsito donde la soledad
me vuelve rencoroso
para mal convivir conmigo y otros.
Aunque te sueño a diario, casi,
y eso nos acerca,
tu recámara vacía donde monologo
no me cura este dolor que cargo al caminar
conmigo a cuestas.
No me entiendo, aún no sé lo que busco
porque nada concreto;
soy reverencia ajena de quienes todo ignoran
de mí
y lejanía de cuanto busco amar.
Para qué estoy, para qué me dejaste
tan yermo como nuestra casa
donde un frío de invierno me congela.

II
Uno, los demás, también se mueren,
dicen
pero aún sigo aquí
como mi aguacatal que le cayó una plaga
tal vez porque te fuiste
o porque mi tiricia lo contagió
y no quiere dar frutos.
Sabes tantas cosas que no sé y no tendré
respuestas
porque no pregunté en tu tiempo,
cuando tu voz me acariciaba
y me curaba el miedo de vivir;
cuando esta casa era hogar y refugio seguro
porque estabas.
Me he vuelto apenas un hueco entre tus sueños
donde me arropas para contarte
lo que me preocupa sin que lo sepa resolver;
para esperar de ti, mientras me abrazas,
ese consejo que me dejaste untado
cuando prometiste no abandonarme nunca.

III
Tal vez ya no es lo mismo que eso es todo.
Diría, acaso, estoy aquí, pero, ¿en verdad estoy?
¿Estamos?
Sólo es una pregunta que me hago
después de cada noche cuando platico con mis muertos,
con los que ya se han ido,
en mis sueños, como gran privilegio,
aunque sé que igual que yo casi no pertenecemos
a esta tierra,
pero estamos iguales
y puedo preguntarles algo, jugar con ellos,
vivir cosas pasadas y presentes,
sentir el gran cariño entre sus brazos
hasta borrar el tiempo,
porque en el sueño y en la muerte no hay horarios.
El sueño es la pasión de un bien morir;
si pudiera elegir escogería un buen sueño,
con mis personajes favoritos,
al momento de dejar este sueño que vivo en carne propia.

IV
Hoy espero soñar contigo, madre,
para seguir vivo
un día más.