Según el estudio publicado por la revista Nature en el que compara los datos de once países europeos. La investigación, desarrollada por el Imperial College London (Reino Unido), efectúa estimaciones sobre la reducción de la transmisión del virus a partir de una comparación de datos de 11 países europeos
La situación de la pandemia en el mundo se agrava según dice la OMS, con especial atención a su ritmo de propagación en Latinoamérica. El patrón de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, volvía ayer a hacer un llamamiento contra la relajación y la despreocupación frente al virus. En Europa, eso sí, reconoció que la enfermedad se debilita.


Un estudio muestra ahora que las medidas de confinamiento habrían salvado millones de vida en el continente.
Los confinamientos a gran escala, así como «otras medidas no farmacéuticas», han contribuido a reducir con éxito la transmisión del coronavirus y a controlar la expansión de la pandemia en Europa, evitando aproximadamente 3,1 millones de muertes, según revela un estudio publicado por la revista Nature.

La investigación, desarrollada por el Imperial College de Londres, efectúa estimaciones sobre la reducción de la transmisión del virus a partir de una comparación de datos de 11 países europeos, tomados hasta principios del pasado mayo.

El trabajo usa el número de muertes en cada país para estimar el número de infecciones que había unas dos semanas antes y sigue la trayectoria de estas desde el comienzo de la epidemia hasta el 4 de mayo, cuando algunos países comenzaron ya a relajar las medidas de contención.



Entre los días 2 y 29 del pasado mes de marzo, recuerdan los expertos, los países europeos comenzaron a adoptar «intervenciones no farmacéuticas» como el cierre de escuelas y confinamientos, para frenar la propagación de la COVID-19. Esas medidas, sostienen, tienen un impacto social y económico y, en consecuencia, será importante evaluar su eficacia para determinar qué vías de acción deberán seguirse en el futuro para mantener el control de la pandemia.
La caída media del número de reproducción (cuántos casos nuevos hay por cada infectado ya registrado) ha sido de un 81% en los países analizados. Los autores del estudio reconocen sin embargo  que son estimaciones que no deben tomarse al pie de la letra porque se basan en cifras de fallecimientos que todavía está ajustando cada país.