(www.eloriente.net, Oaxaca, 1 de diciembre/2014).- Juquila, Guadalupe y La Soledad, son las tres vírgenes que más devoción generan dentro de la grey oaxaqueña. La primera, celebrada el 8 de diciembre, es a nivel nacional la tercera que más peregrinos recibe año con año solo superada por la Virgen de Guadalupe en la ciudad de México y la de San Juan de los Lagos en Jalisco. Recientemente digna de la Coronación Pontificia otorgada por el Papa Francisco, la Virgen de Juquila es una de las patronas de todo el estado de Oaxaca y en su día de celebración, se ofrece una misa de gallo a las 12:00 de la noche, dando la bienvenida al día 8 de Diciembre, en donde las personas ofrece mañanitas y cánticos a la virgen.
Fotos: Enrique López-Tamayo – Algunos derechos reservados
Cuatro días después, la Virgen de Guadalupe, Patrona de México, celebra su fiesta, siendo la Basílica en el Distrito Federal el sitio que congrega miles de peregrinos ese día, pero millones a lo largo del año. Cada ciudad mexicana tiene un sitio para venerarla y en Oaxaca, este se ubica en el centro de la ciudad al costado norte del Paseo Juárez. La Iglesia de Guadalupe empieza con las mañanitas a la Virgen por cantantes o grupos locales. Durante las primeras horas de la mañana se efectúa una peregrinación infantil: los niños vestidos de Juan Diego y las niñas de trajes típicos mexicanos para ofrecerle flores a la Virgen. Durante el resto del día El Templo de Guadalupe es visitado por toda la población católica o visitantes. En las noches, después de la misa, es la hora de los fuegos artificiales. Los puestos de antojitos y los juegos mecánicos permanecen varios días. Es un día de fiesta popular las veinticuatro horas:
Pero sin duda el evento que congrega a una gran cantidad de fieles en la ciudad es la fiesta de Nuestra Señora de la Soledad, Patrona de Oaxaca. La historia cuenta que el 18 de diciembre de 1617, un arriero procedente de Veracruz que iba rumbo a Guatemala, notó una mula de más que no le pertenecía. Esta cayó al suelo vencida por la carga que traía en el sitio donde ahora es la basílica, al intentar levantarla y no conseguirlo, el arriero dio aviso a las autoridades para evitar castigo alguno. Se cuenta que al retirar la carga de la mula, esta se levantó y murió al momento. Lo que el animal llevaba, era una imagen de la Vírgen, acompañada de un Cristo y un letrero que decía: «La virgen al pie de la Cruz».
Posteriormente se levantó la Basílica de Nuestra Señora de la Soledad, templo donde se arraigó la tradición de festejar a la patrona de la ciudad. En sus orígenes, el culto fue modesto, pero poco a poco alcanzó un excepcional arraigo en el corazón de los oaxaqueños, a tal grado, que en la totalidad de los pueblos se cuenta con una réplica de dicha imagen por lo que su veneración no es exclusiva de la capital.
El día 18 de diciembre se festeja a Nuestra Señora con la participación de danzas de todas las etnias oaxaqueñas, distinguiéndose la danza de los Negritos, El Tigre, la Danza de la Pluma, los Cuerudos, la danza de los Machetes, el Jarabe Mixteco, los Chenteños, las chilenas, los Sones Costeños y el Fandango del Valle. Además de estos festejos existe una peregrinación que sale de algunos distritos cercanos a la ciudad, fieles de Tlacolula, Zaachila, Zimatlán, Ocotlán, Ejutla, entre otros, salen a esta peregrinación la noche del 17 de diciembre para arribar al santuario de de la Virgen de la Soledad en la madrugada del día 18 para oír misa y cantarle las mañanitas a la patrona de la ciudad.
Foto: Lin Mei – Algunos derechos reservados
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