(www.eloriente.net, México, 8 de enero de 2014, Por: Víctor López Velarde).- El género de terror ha arrancado gritos en las salas de cine gracias a directores de culto como Stanley Kubrick o Steven Spielberg, quienes dejaron huella con filmes como «Tiburón» y «El Resplandor»; así como otros directores que se hicieron presentes en las pesadillas de los espectadores con películas que se reproducen incansablemente durante las fechas cercanas a Halloween.

Aunque siempre es un deleite rememorar tales clásicos durante tal temporada, en la década pasada el cine de terror no brilló precisamente en la pantalla grande, por lo que la audiencia tenía que recurrir a filmes de antaño como El Exorcista o La Profecía si quería llevarse un buen susto. Es de ahí donde la serie American Horror Story (AHS) aprovecha lo-irónicamente-desaprovechado que se encontraba el género de horror/terror en fechas recientes para rescatarlo y trasladarlo a la pantalla chica.

Y es que la serie, desarrollada increíblemente por Ryan Murphy (creador del show «Glee», que bien podría ser la antítesis de AHS), retoma los mejores elementos de aquellas emblemáticas películas de terror y los reinventa a la vez que los actualiza, provocando que los espectadores encuentren los elementos que esperan ver en una historia de este género, pero dotando de modernidad a esos componentes, sin compadecerse del público más sensible que queda impactado con las explícitas escenas de violencia y sexo que abundan en el programa.

La mayor virtud de American Horror Story es que ha pesar de que procura emular el tono del cine de terror clásico, al mismo tiempo se trata de una serie rompedora de esquemas y que no le importa ser un experimento televisivo en el que los espectadores somos los conejillos de indias. La serie creada por Murphy llega en ocasiones a insertar humor negro dentro de argumentos sumamente oscuros o incluso escenas musicales en medio de un escenario tan tétrico como lo es un manicomio.

Así mismo, a la serie no le importa ser exagerada, excesiva e incluso por momentos ridícula, ya que hay pasajes en los que el show no se toma en serio a sí mismo regalándonos momentos absurdos, pero que perduran en la memoria tanto por los surrealistas o lo llamativos que resultan. Cabe destacar que las tramas suelen avanzar con ritmo vertiginoso, por lo que aquí no hay capítulos de relleno; ya que incluso en algunas temporadas (especial mención a «Asylum», la segunda temporada) llegan a desarrollarse varias tramas que se ensombrecen uñas con otras (algo que bien podría considerarse como una virtud o o un defecto).

La primera temporada bautizada como «Murder House» es la que más homenajea a los filmes clásicos del género, ambientándose adecuadamente en una casa embrujada que le juega una mala estancia a la nueva familia que se muda a sus entrañas. A pesar de que en lo personal considero que es la temporada más floja, se trata de la entrega menos fácil de predecir gracias a unos muy bien construidos giros inesperados, a pesar independientemente que su capítulo final me pareció bastante flojo, pero quizás se trate de la temporada que cuenta una historia más humana en comparación con las otras, lo que la hace cercana a la audiencia.

Caso contrario el de la segunda temporada titulada «Asylum»,ambientada en un manicomio en el que conviven monjas poseídas, psicopatas, nazis, asesinos seriales e incluso extraterrestres, una combinación tan extraña consiguiendo que el público abrace la locura del frenético show. A pesar de no contar con  los brutales diálogos de «Murder House» (en sí está temporada se destaca por el ritmo de la historia y el aspecto visual, no tanto por el argumento), alberga un capítulo final cargado de emoción, además de tratarse de la temporada más bizarra de la serie.

«Coven», la celebrada season 3, es a la fecha uno de los programas más vistos de la cadena Fox. Probablemente se deba a que es la más accesible y elegante de todo el conjunto, implementando en su argumento una crítica social hacia el racismo, dado que aprovecha el hecho de que la historia transcurra en un aquelarre para enfrentar a una secta de brujas blancas con hechiceras vudú de tez negra. Así mismo, «Coven» se destaca por su maravillosa estética y por construir una historia más cercana al suspenso que al terror en sí.

 

 

«Freak Show» es la cuarta y hasta ahora última entrega de la popular serie, que entremezcla el tono elegante de la tercera y el toque bizarro de la segunda, para obtener una mezcla que retuerce el estomago de los más miedosos, dado que en esta temporada tuvieron lugar algunas de las escenas más perturbadoras que ha dado la televisión en años.

Sin duda American Horror Story es un show que revive lo mejor del género de terror y lo trae de vuelta para abrazar del susto a las nuevas generaciones y arrancarles un grito, aderezada con excelente ambientación y banda sonora, así como exquisitas actuaciones de parte de un elenco en estado de gracia, que incluye a las ganadoras del Oscar Kathy Bathes y Jessica Lange. En mi opinión, una de las recientes joyas que ha dado la televisión en los últimos años.

@VICTORVSANT

 

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