La participación ciudadana y juvenil, su importancia en la regulación del ejercicio del poder público y combate a la corrupción en México.

(eloriente.net, México a 6 de mayo de 2015. Por: *Víctor Manuel Cruz Martínez).- Hace algunos días nos enterábamos de la ola de narcoviolencia que se ha desatado en nuestro país, indudablemente los estragos socioeconómicos que causan estás problemáticas son irreversibles a corto plazo; los esfuerzos de nuestra nación por mandar mensajes al extranjero para que se hagan inversiones multimillonarias de empresas trasnacionales en las zonas industrializadas de México, se ven opacadas por la cruda realidad que vivimos. Los empresarios o socios mayoritarios de las grandes empresas, catalogan como inversiones de riesgo, las que se hacen cuando en un país no hay gobernabilidad, certeza jurídica e impera la corrupción en el sistema político del mismo.

El narcotráfico, como fenómeno predominante, en ciertas regiones de nuestro país, así como las manifestaciones sociales, como mecanismo de presión social, con el fin de obtener beneficios para ciertos grupos o líderes de movimientos sociales; en México, han tenido un gran promotor y origen; ¡La corrupción de nuestros funcionarios públicos!.

México, es uno de los países latinoamericanos más ricos en cultura y en recursos naturales y con un gran potencial en capital humano, pero está sumergido en la corrupción.

Los alarmantes niveles de corrupción en el gobierno, así como en el poder judicial y la aplicación de la ley, han colocado a nuestro país como el más corrupto de América Latina, junto con Argentina, desde 2013, de acuerdo con el Barómetro Global de  Corrupción de Transparencia Internacional.

El organismo internacional señala que este indicador ofrece una advertencia del continuo abuso del poder, tratos secretos y el soborno en la sociedad mexicana. En nuestro país los partidos políticos, así como sus representantes y la policía, son percibidos como los más corruptos.

En 2014, Transparencia Internacional, a través de su capítulo en nuestro país, indico que México se ubica en la última posición (34/34) entre los países que integran la OCDE en materia de transparencia y sistemas anticorrupción. En América Latina, México se encuentra por debajo de sus principales socios y competidores económicos: 82 posiciones por debajo de Chile y 34 lugares por debajo de Brasil.

Los informes de este organismo internacional han señalado que el abuso de poder de los líderes y altos funcionarios públicos, que desvían fondos en diversos rubros del gobierno, frena el crecimiento del Producto Interno Bruto.

De acuerdo a los cálculos del observatorio económico: “México ¿cómo vamos?”, la corrupción le ha costado al país 341 mil millones de pesos al año, a precios actuales, estos cálculos están basados en un indicador del Fondo Monetario Internacional, que mide ese efecto y establece que un aumento del 10% en la corrupción genera una pérdida del 2% en el crecimiento del PIB. Además las investigaciones de este grupo de expertos en economía, indican que los empresarios dejan de invertir en la medida que aumentan la percepción y los costos de la corrupción.

Son ya catorce años, desde 2001, que México participa en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) que realiza está organización internacional, y seguimos estancados en los mismos niveles de corrupción, desde entonces, tenemos datos que nos indican la «evolución» de nuestro país en este índice. La mejor calificación fue precisamente en 2001, cuando obtuvimos 37 puntos; la peor fue el 2011, con una evaluación de 30 puntos. En 2014, participaron en el estudio 177 países y territorios; México se ubicó en el lugar 103, con una calificación de 35. En donde utilizando una escala del 0 (percepción de altos niveles de corrupción) a 100 (percepción de muy bajos niveles de corrupción) se obtiene la clasificación de los países participantes, en función de la percepción de corrupción del sector público.

Todos estos datos nos indican dos cosas importantes, por un lado los impactos socioeconómicos de la corrupción en nuestro país, derivados del nepotismo, del soborno y de la falta de eficacia y eficiencia de nuestros funcionarios públicos y, como ya lo hemos citado, en las pérdidas económicas y falta de inversión de capitales de otros países en diversos rubros de la industria, para nuestro país.

Y por otro, ¿Que es lo que estamos haciendo? y ¡Cómo podemos coadyuvar todos los mexicanos!, para que esta tendencia y este patrón conductual de corrupción, tan arraigado en nuestro país, evolucione hacia algo digno de reconocer como primer lugar, ya no en corrupción, si   no en el correcto ejercicio de la función pública, en la transparencia y en la inclusión social. Que seamos de los países en los que la participación ciudadana logre por fin acabar con este cáncer de nuestra sociedad, que nos está debilitando como nación; que no nos ha dejado acrecentar los índices de desarrollo humano y en cambio, ha acrecentado los niveles de pobreza para gran parte de la ciudadanía en México y principalmente en Oaxaca.

Hay diferentes formas de participación y colaboración con el sector público, para que los ciudadanos y principalmente los jóvenes, reviertan esta tendencia en nuestro país. Dicho de otra forma hay grandes oportunidades de influir, definir y co-elaborar las políticas públicas, a demás de vigilar el estricto cumplimiento del trabajo de nuestros funcionarios públicos, y de sus sanciones, en caso de no cumplir con sus deberes. Un papel trascendente lo ocupan, las organizaciones no gubernamentales (ONG´s), asociaciones civiles y colectivos.

En Estados Unidos por ejemplo, las ongs son tan importantes, que el gobierno tiene regulada, su participación, ya que a la hora de tomar decisiones y crear nuevas leyes en el Congreso de los Estados Unidos (Cámara de Representantes y Senado) las comisiones especializadas en diversos temas, dialogan directamente con la ciudadanía que se organiza y constituye en diversas asociaciones, para llegar a acuerdos, que permitan mejorar las propuestas de ley junto con la participación activa de los ciudadanos, porque es a ellos a quienes están dirigidas estás leyes, a ellos les afectan para bien o para mal, a ellos les interesan y por eso existe esta cultura de participación, que se fue creando a lo largo de los años y que hoy, mantiene un contrapeso en las decisiones de los legisladores, a través de la participación organizada del sector ciudadano.

El poder organizarnos como ciudadanos es un derecho humano, consagrado constitucionalmente, pero también es nuestro deber y una gran oportunidad de empezar a ejercer ese poder ciudadano que hemos olvidado o dejado pasar.

Sin embargo; quisiera hacer una última reflexión y preguntarles, ¿qué es mejor? colaborar y vigilar la correcta aplicación de la justicia en todos los ámbitos de la esfera pública, opinar y rechazar firmemente cualquier acto de corrupción ó mejor aún, si tienes vocación política o amas a este país, como miles de mexicanos más.,. ¿Porque no asumes ustedes el poder público?, a esta pregunta la interrogante es ¿Cómo?…

Simple, háganse dueños de las instituciones políticas, sí, claro, los partidos políticos son instituciones públicas, a las que cualquier ciudadano puede afiliarse, no son organismos privados, asuman su responsabilidad civil, y como jóvenes, asuman también este reto, no hay mejor forma de participación, que siendo ustedes: ¡Los que aman con pasión a su estado!, ¡Los que crean propuestas!, ¡los que tiene ideas brillantes!, ¡Los jóvenes que nos representan en concursos internacionales! sí, todos los que quieren un mejor México, ¡Los que trabajan honradamente día a día como profesionistas!, generen las condiciones y generen las oportunidades para que participen en la función pública.

Quiero imaginar por el momento, que esta generación de jóvenes, harta de tanta delincuencia y harta de descubrir día a día la corrupción de nuestra clase política, quiere cambiar la realidad existente en nuestro país, pero no lo lograremos con insultos, con marchas, con plantones o afectando más a México, decídanse a participar positivamente en los temas públicos, empiecen por votar conscientemente por el mejor candidato, sin prejuicios, porque estoy seguro que en todas las instituciones políticas existen políticos corruptos y en todas también existe gente noble, que trata de ir contra corriente en nuestro sistema político y social.

Sí no existen buenos candidatos, séanlo ustedes, prepárense día a día en sus áreas profesionales, y no, no pongan de pretexto lo difícil que es salir adelante, porque eso, todos lo sabemos, por lo menos el 64 % de la ciudadanía oaxaqueña que vive en pobreza y pobreza extrema lo sabe y sin embargo de esos sectores han salido los mejores profesionistas y políticos, los más honrados y comprometidos con nuestra comunidad y nuestro país.

Dejemos de ver a la función pública o la política como algo prohibido para nosotros y empecemos a verla como la oportunidad, de establecer por nosotros mismos mejores condiciones de vida para todos, a través del ejercicio ético de las funciones como legisladores, como gobernadores, como presidentes.

Hoy me dirijo a esos 38.2 millones de jóvenes de entre 12 y 29 años de edad que tiene México (según cifras oficiales de IMJUVE) para invitarlos a que juntos construyamos un mejor México para que todos, desde ya, nos organicemos y participemos en la función pública, a que vean la política como lo que es, una de las más nobles profesiones al servicio de la ciudadanía y los invito también a que para ello, se preparen día a día para ser en algún momento funcionarios públicos.

Ese es el motivo fundamental por el que un joven debe aventurarse a formar parte de las instituciones políticas, sus instituciones, aquellas que los políticos corruptos han corrompido; su reto es ahora, con una nueva visión, con nuevos principios, con ideas frescas y con toda la actitud de de servir, trascender en las actividades de las instituciones políticas, en los diversos temas que desde siempre han trabajado como jóvenes desde la sociedad civil: derechos humanos, ecología, educación, cultura deporte, etc, para que algún día sean candidatos a cargos públicos, tengan por seguro que yo, ¡Votaría por ustedes!, sí y también ese casi 50% de ciudadanos que no ejercen su voto, por la indiferencia hacia la función pública, por todo lo que ya hemos analizado.

Sin duda alguna, si queremos resultados diferentes, tenemos que hacer cosas diferentes y tomar actitudes diferentes a las que hemos asumido, y ello seguro será una lucha constante contra una realidad, contra un sistema que hoy impera en México, como los es la corrupción, pero los necesitamos como funcionarios públicos, como decía Bertolt Brecht, hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles. Ustedes jóvenes: ¡Sean imprescindibles en la función pública! y no se cansen de hacer lo correcto, porque lo necesitamos, como dijo un gran político mexicano, como jóvenes, que no les falte entereza y que no les falte valor.

*Víctor Manuel Cruz Martínez es presidente del Consejo Consultivo Municipal de Jóvenes

 

Laboratorio para la Ciudad.Taller de Arte Urbano

Imagen: Bajo licencia CC Laboratorio para la ciudad. Taller de arte urbano

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