(www.eloriente.net; México a 3 de marzo de 2017).- Por Jessica Lamadrid
Roberto López es un joven de bajos recursos originario de Chiapas, que logró terminar la carrera en Ingeniería en la Universidad de Nuevo León, gracias a que consiguió cuatro trabajos para poder mantenerse durante ese tiempo. Además de las dificultades económicas que tuvo que pasar durante sus estudios también tuvo que enfrentarse a estereotipos como que la gente del sur no sabía de tecnología.
No obstante, Roberto no se detuvo por este tipo de situaciones que atravesó durante la universidad, al contrario se dio cuenta que el conocimiento en tecnología y robótica era algo vital para la educación de las niñas y niños del país, por lo que comenzó a planear un proyecto educativo con el cual los niños tuvieran acceso a este tipo de conocimientos.
Gracias a que en su carrera encontró a más personas que compartían la idea de su proyecto, consiguió socios para poder abrir la primera escuela de robótica en el estado de Sonora con el nombre «Robobrick», teniendo como meta que los niños aprendan robótica de manera práctica, económica y divertida.
Dos años después abrieron una segunda escuela en el estado de Oaxaca; Roberto junto con sus socios han logrado enseñarle a muchos niños (especialmente de bajos recursos) robótica y no solo eso sino que además varios de sus alumnos han conseguido participar en concursos tanto nacionales como internacionales en esta disciplina.
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