Imagen: Tony Petate

Hallar belleza

(www.eloriente.net, México, a 12 de enero de 2018, por: Vania Rizo).- No la conozco pero me encanta. Una señora de unos setenta años alcanzó nuestra reunión a la orilla de una carretera federal. Mi amiga Luna Nikol estaba conmigo, mientras disfrutábamos de la pausa que ofrece sentir el aire, extender los brazos, las piernas y mirar el extenso kilometraje que aún queda, la señora pasaba con una canastita café a un costado de nosotras.

Amablemente nos ofreció sus productos, al parecer eran comestibles autóctonos que en ese momento no pudimos comprar pero le dijimos un gracias. Ella sin problema, nos extendió una sonrisa y con una soltura de desapego siguió su camino. Yo quedé flechada por su manera de conducirse y no quité mi mirada del asombro.

Mi amiga enseguida reconoció esa fuerza, ese sostenimiento, esa inspiración que desde hace tiempo nos persigue. Ese coraje, esa belleza que tanto hemos sentido que existe y que son portadoras tantas personas, como la señora con la que nos encontramos.

No es necesaria la emulación de lo que se supone es lo bello. Acaso no se han dado cuenta que todo es una sugerencia, una invitación a conocerse en este mundo. Y si las circunstancias donde les tocó nacer les permite una apertura mayor hacia otras posibilidades, es vital desmarañar las ideas calculadas que nos han impuesto.


Engranajes que mantienen su existencia por la automatización, no soportan la diferencia de uno de sus elementos porque implicaría el fin. Así acontece la duda y uno se va ocultando, discriminándose de la belleza del mundo por descubrirse.

Pero gracias al cielo, por lo inmenso e increíble que es, vamos resonando con personas que han encontrado honestidad en si mismos. Son, sin saber que son, la belleza fina, inigualable, inagotable, por el continuo cambio que hace permanecer, ocupando un lugar donde se puede vivir dignamente.

Creando, transformando y no emulando, uno va marcando la diferencia a su ritmo. Existe inspiración porque todo divinamente ya está, por eso la vida nos ofrece un infinito descubrimiento, y la manera en la que lo hacemos, es lo que no está dicho, es el milagro, es nuestra contribución sin igual.

A ser bellos, originales en nuestra transformación, en hacer, con respeto, todo aquello que anhelamos. Reconociendo nuestro alcance, luminosidad, que exige ya, ser audible y visible.

O

 

Imagen: Tony Petate
Imagen: Tony Petate

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