(www.eloriente.net, México, a 6 de agosto de 2018, por Jaime Palau Ranz).- En las últimas dos semanas se han analizado una gran variedad de jugadas ofensivas, muchas se ven en cada partido y algunas solo en raras ocasiones, nunca se sabe con qué te vas a encontrar, algún nuevo récord, quizás disfrutes la construcción de una leyenda que va forjando día a día con actuaciones y números que al final de la carrera serán inalcanzables, claro que para tener la suerte de apreciar las proezas de un día histórico hay que estar en el estadio, con la esperanza siempre viva de ver algo nuevo diferente, extraordinario.

La información descrita en esos dos documentos anteriores, solo son una pequeña parte ya que existen infinidad de departamentos que registran estadísticas, tanto positivas como negativas, de momento continuamos con la revisión de algunos logros históricos.

Ver siete hits de un solo jugador en un partido normal de nueve entradas es prácticamente imposible, solo en dos ocasiones ha sucedido, el primero fue Wilbert Robinson el 10 de junio de 1892, el segundo y último fue Rennie Stennett el 16 de septiembre de 1975, pasaron 83 años para ver igualado ese récord increíble.



El nombre real de Rennie es Renaldo Antonio Stennett Porte, es originario de Colón en Panamá, un orgullo latino, jugaba la segunda base de los Piratas de Pittsburg, ese día histórico vencieron a domicilio a los Cachorros de Chicago 22 a 0, conectó un doble y un imparable en la primera entrada, en total 5 sencillos, un doble y un triple, le falto el HR para completar el ciclo, produjo 2 y anotó 5 carreras, empatar la marca de 7 imparables en 9 entradas suena increíble, superarlo y conectar 8 pareciera imposible.

Johnny Burnet el 10 de julio de 1932 conectó 9 imparables en un juego, solo que había logrado 5 al término de las primeras 9 entradas, el juego se fue a extra innings, 18 entradas se jugaron y vino al plato 11 veces pegando 9 imparables, como sea suena extraordinario.

Shawn Green consiguió la mayor cantidad de bases alcanzadas en un juego individual de 9 entradas, el 23 de mayo del 2002, bateó seis hits de los cuales fueron 4 HR, 1 doble y un sencillo, por lo tanto consiguió 19 bases con sus batazos, veremos quien lo alcanza algún día, no será fácil, incluso batear 4 cuadrangulares en un juego es un récord empatado con otros 17 peloteros en toda la historia, ninguno ha logrado 5 HR en Grandes Ligas, solo en las menores.

Hay un caso de un jugador de la Southern League de las Ligas Menores, Jon Griffin, de los Osos de la Bahia Mobile, en un juego el 21 de mayo de 2014 bateó de seis oportunidades, cinco hits, en sus últimos 4 turnos conectó de cuadrangular en todos, en el siguiente encuentro en su primer turno, también se voló la barda, por lo tanto conectó 5 cuadrangulares de manera consecutiva.

La mayor cantidad de cuadrangulares conectados por un pelotero en un juego de béisbol profesional ocurrió el 15 de junio de 1902 en las Ligas Menores de los Estados Unidos, Jay J. “Nig” Clarke de los Corsicana Oil Cities de la Liga de Texas, la botó en cada uno de los ocho turnos oficiales que tuvo al bate, no conectó más porque le dieron varias bases por bolas, su equipo ganó 51 a 3 a los Texarkana Casketmakers, historias como esta son irrepetibles.




Existen cientos de estadísticas diferentes que habrá que seguir analizando con el paso del tiempo, de momento, vamos a cerrar este análisis de las ofensivas con la triple corona de bateo, quiere decir que un bateador gane el título en el mismo año de los tres principales departamentos a la ofensiva, el más alto porcentaje de bateo, la mayor cantidad de cuadrangulares conectados y la mayor cantidad de carreras producidas.

Liderar estos tres departamentos significa que el bateador debe tener tres atributos muy diferentes entre sí, conseguir ser líder de promedio significa conectar muchos hits, chocar la pelota, ser paciente y selectivo, tener una visión aguda, para ganar la corona de cuadrangulares hay que tener mucha fuerza, los jonroneros normalmente se ponchan mucho en ese afán de sacarla del parque, y para producir carreras se requiere tener la sangre fría, batear en el momento oportuno y ante cualquier presión.

En más de siglo y medio de existencia del béisbol profesional, solo 14 sluggers en 16 ocasiones han conseguido la triple corona de bateo, dos lo hicieron en dos ocasiones distintas, Rogers Honsbay en 1920 y 1925 y el inmortal Ted Williams en 1942 y 1947, cinco bateadores lo lograron en la Liga Nacional y nueve en la Americana, el más reciente ganador fue Miguel Cabrera, originario de Maracay, Venezuela, quien en 2012 y después de 45 años lo consiguió para delicia de todos los fanáticos.

Los números han cambiado mucho del primero al último, en 1878 Paul Hines de los Providence Grays de la Liga Nacional (ya no existe ese club) conectó 4 jonrones, 50 carreras producidas y un promedio de .358, en cambio Miguel Cabrera de los Tigres de Detroit de la Americana, 44 cuadrangulares, 139 producidas y .330 de porcentaje de bateo, algunos otros nombres históricos de esta reducida lista son Ty Cobb 1909, Lou Gehrig 1934, Mickey Mantle 1956, Frank Robinson 1966 y Carl Yastrzemski 1967.

El análisis de los lanzadores, sus estadísticas, los récords y todo lo que un aficionado puede apreciar al acudir a un estadio, se tendrá que quedar para la próxima semana, agradezco infinitamente al Almirante Conrado Aparicio, quien llegó a ser Subsecretario de Marina a nivel nacional, por los libros y videos que me facilitó para enriquecer ese prometido comentario de los pitchers, serán estudiados, cuidados y devueltos.

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Seguiré comentando la próxima semana.