Foto: © Ireli Vázquez, N22

Les hago una cordial invitación a

compartir su tiempo en los espacios comunes;

las plazas, los centros culturales y la sombra del árbol,

pasar tiempo con los otros,

participar en la vida pública y democrática de la ciudad,

elegir los medios domesticadores.

 

La reflexión que nos atañe es: cómo seguir viviendo después de tanta pena. Hoy no hay pies ni cabeza, es como un cadáver exquisito que se armó con las piezas de un pasado que apenas se fue. Hay una fuerza creciendo, un malestar que usted puede corroborar en cada biografía de Facebook, cuenta de Twitter o red social de su preferencia.

Primera oración observacional “un grupo de policías violó a una joven” , la pregunta pertinente aquí no es cuántos fueron los atacantes y si hubo oportunidad de defenderse, tampoco cabe preguntar ¿ella vive?, ¡ah!, entonces no le fue tan mal, yo sé de personas a las que mataron –dice alguien por comentar algo- algunos comentarios son flexibles se pueden entender de muchas maneras, yo entiendo con lo anterior que nos hemos acostumbrado a vivir en el mejor de los mundos posibles, siendo así, normalizamos el dolor, el asco, el cansancio, la irá, el odio, la arrogancia, la estupidez.

La noticia resonó en el país, llego a los diarios, hogares y comercios, fue causa de polémica, llovieron los comentarios, cada espectador salió a tirar la cizaña callada y el día silenció con palabras que se perseguían como perras bravas.



Lo que sucede en las calles es un estallido violento de un síntoma que se omitió por muchos años, lo que quiere nacer es una oportunidad de ser humanos y encontrarnos con los otros, encontrarnos y acontecer juntos en una hospitalidad universal. Piensa en lo que destruirías si un día te faltara alguno de los seres que amas, es una destrucción que requiere carácter, es un estallido que nos saca de nosotros y nos muestra los más vil pero también lo más noble de nuestra pisoteada condición humana, nos muestra un poco de lo mucho que podemos dar para ser con los otros.

No transciende el cuerpo vulnerado de una mujer, la humillación de un cadáver arrojado al río, la sangre derramada que pintan calles y muros, les pesa el daño de minúsculas micras de brillantina arrojadas al traje de un servidor público, un desafío que hiere la investidura de una institución y sus lacayos. Hay conocimientos valiosos en la arquitectura, sí, pero un objeto nunca puede superar el valor de una vida, cuando te molesta la agresión a un bloque y omites la muerte de seres vivos, algo va mal con nuestras conciencias. ¿Por qué se indignan por unas piezas de roca inerte?, si mañana fuera tu madre, tu hermana, tu pareja, te aseguro que tu primera reacción sería violenta en tu mente puedes destruir el mundo y luego si tienes el entendimiento suficiente frenarías tus impulsos por el bienestar de todos y no andarías por las calles quitándole la vida a otros –como en La Purga- , lo que sucedió no es para la polémica y el olvido, es una muestra de organización y comunidad.

Las noticias de los últimos días son para textos brutales de novela negra. Es la historia de los hombres infames, una narración que muchas mujeres nos contarán con matices, colores, dolores y olvidos. No es una justificación para violentar a los hombres, las mujeres exigen una vida digna en una sociedad democrática en la que cada uno de nosotros elija los medios para desarrollarse con responsabilidad e independencia sin subyugarse a los caprichos del otro. La mirada del feminismo nos ayuda a describir el mundo con palabras como: alteridad, sororidad, inclusión, diversidad, autonomía y empatía, pareciera simple hablar y decir cosas del mundo pero hay palabras acertadas para describir emociones, situaciones y fenómenos, al nombrarlo inauguramos el mundo ante nuestros ojos y las muchas posibilidades pues entendemos algo nuevo.

Advierto que no hay una receta para conducir a la sociedad a una utopía, lo único constante es el cambio y siempre caminaremos por un sendero de incertidumbres, aunque los seres humanos somos capaces de cambiar nuestros comportamientos, tenemos una capacidad para la resiliencia para utilizar los medios y generar cambios en nuestro beneficio, no somos enemigos, somos seres vivos que compartimos el mundo, por lo tanto tenemos la exigencia de una hospitalidad universal.

Nos indigna lo sucedido, el escozor no se guarda, ya no se reprime el llanto, la rabia, la impotencia. Los desencantados queremos derribar más que paredes, queremos aplastar un imperialismo de pensamiento caduco que nos ha inculcado negar la diferencia, que encajona todo contrapoder por arraigadas tradiciones que lastiman la dignidad humana.

¿Qué camino tomarán las instituciones? ¿Cómo frenar los abusos de poder y las injusticias? ¿Cómo empoderar a la ciudadanía para construir mejores condiciones de vida?, no podemos seguir culpando a otros por una responsabilidad que es de todos, nuestras acciones y formas de vida deben ser atravesadas por los nuevos paradigmas de cambio social, son tiempos de grandes transformaciones que se ponen en lo público, que se comentan en las calles, en redes sociales, cuestiones emergentes que se hacen visibles con brillantina, con la pared manchada y la comunidad en el espacio público.

 

Fátima Chávez Miguel

Gestora-investigadora de proyectos educativos y metodologías de enseñanza de la ciencia y la filosofía. Obtuvo la licenciatura en filosofía, línea terminal en docencia (2013) y la maestría en filosofía por la Universidad Autónoma de Querétaro (2017).

Ha colaborado en el Área de Ciencia y Tecnología para Niños (CTN) del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Querétaro (CONCYTEQ), México (2013-2018). Realiza actividades de divulgación de la ciencia a través del proyecto Filosofía y ciencia para niños.

Es miembro activo de la Red para la Divulgación de la Ciencia en Querétaro, A.C., (REDICIQ). Colabora en el Laboratorio de Metodologías Participativas de Investigación y en el proyecto de Desarrollo comunitario en San Rafael, El Marqués, Querétaro.

Contribuye al fortalecimiento de la enseñanza-aprendizaje de la ciencia y la filosofía participando en talleres, cursos y congresos, recientemente ha publicado un capítulo en el libro Obstáculos epistemológicos en la enseñanza y el aprendizaje de la filosofía y de la ciencia publicado por la UNAM.