Es verdad que el 11 de septiembre de 1973 cambió la vida de Chile y de toda latinoamérica. También es verdad que Víctor Jara cambió con su vida la vida de muchas personas a partir de él.
La historia detrás la Canción Manifiesto de Víctor Jara
Aún le preguntan a Joan Turner (o Joan Jara como algunos le dicen), ¿cuál es la canción más representativa de Víctor Jara? Y ella contesta con ese tono pausado e introspectivo que, por un lado está Amanda y, por el otro, Manifiesto.
Dos piezas indiscutibles del repertorio musical latinoamericano. Te recuerdo Amanda, narrativa de aquella pareja mítica entre Amanda y Manuel, publicada en 1969 en el disco Pongo en tus manos abiertas.
Y, lo que ocupa estas líneas, Manifiesto. «Esta canción era realmente muy importante para él», dice Joan.
Manifiesto
La canción era importante porque al final Víctor Jara tenía mucho corazón para una gran cantidad de asuntos vitales, incluyendo la libertad. Y la música es un instrumento de la libertad.
Cabe recordar primero el final: el 16 de septiembre de 1973, luego de haber estallado el golpe de estado de la dictadura chilena (coronada por el asesinato del presidente Salvador Allende), una gran cantidad de personas fueron concentradas en el Estadio de Chile.
Allí se les torturó y se les ejecutó.
Víctor, quien se había comprometido fuertemente con el gobierno de Allende y con Unidad Popular (la fuerza que llevó la opción socialista a la presidencia en 1970), el lugar de la detención fue la Universidad Técnica del Estado, donde participaría en una actividad junto al presidente Allende.
Sin embargo, militares cercaron la institución y detuvieron a maestros, estudiantes y personal. Allí pasaron todavía esa noche, en la Escuela de Artes y Oficios, para ser trasladados a la siguiente mañana al Estadio Chile.
Un poema, el último de Víctor, fue rescatado: Somos cinco mil. Un fragmento:
«¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus planes con precisión artera
sin importarles nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es acto de heroísmo.
¿Es éste el mundo que creaste, Dios mío?
¿Para esto tus siete días de asombro y de trabajo?»
Si aquel fue el último poema, algunos afirman que Manifiesto fue quizá la última canción y ciertamente la miran como una especie de premonición de que sucedería días después del golpe militar.
Lo que sabemos es que Manifiesto forma parte de un álbum póstumo lanzado en 1974, pero que desde 1973 el compositor estaba preparando con el nombre de Tiempos que cambian.
Su rescate es la verdadera historia: una semana después de la ejecución de Jara, una periodista sueca entrevistó a Joan Jara y le propuso sacar clandestinamente las cintas grabadas por Víctor meses después. Lo haría a través de su equipo técnico.
Así fue como esas cintas llegaron al estudio Abbey Road, el mismo donde grabaron The Beatles. Finalmente fue publicado por el sello XTRA-Trasatlantic Records e incluye intervenciones de Joan Turner.
Con un cambio determinante: Tiempos que cambian se convirtió en el álbum Manifiesto, que incluye el track 12: Manifiesto.
- Te recuerdo, Amanda [Víctor Jara – Joan Turner] (2:35)
- Canto libre [Víctor Jara] (4:54)
- Aquí me quedo [Víctor Jara – Joan Turner] (3:03)
- Angelita Huenumán [Víctor Jara] (4:05)
- Ni chicha ni limoná [Víctor Jara] (3:25)
- Plegaria a un labrador [Víctor Jara – Joan Turner] (3:51)
- Introducción a ‘Cuando voy al trabajo’ [Joan Turner] (1:00)
- Cuando voy al trabajo [Víctor Jara] (3:46)
- El derecho de vivir en paz [Víctor Jara – Los Blops] (4:33)
- Introducción a ‘Vientos del pueblo’ [Joan Turner] (0:35)
- Vientos del pueblo [Víctor Jara] (2:38)
- Manifiesto [Víctor Jara] (4:31)
- Traducción al inglés de ‘Manifiesto’ [Joan Turner] (1:15)
- La partida [Víctor Jara] (3:28)
- Chile Stadium [Adrian Mítchell] (3:50)
El disco ha sido reeditado en numerosas ocasiones y en cada una de ellas se han incluido o excluido algunas de estas canciones.
Letra de Manifiesto:
Yo no canto por cantar
ni por tener buena voz,
canto porque la guitarra
tiene sentido y razón.
Tiene corazón de tierra
y alas de palomita,
es como el agua bendita
santigua glorias y penas.
Aquí se encajó mi canto
como dijera Violeta
guitarra trabajadora
con olor a primavera.
Que no es guitarra de ricos
ni cosa que se parezca
mi canto es de los andamios
para alcanzar las estrellas,
que el canto tiene sentido
cuando palpita en las venas
del que morirá cantando
las verdades verdaderas,
no las lisonjas fugaces
ni las famas extranjeras
sino el canto de una lonja
hasta el fondo de la tierra.
Ahí donde llega todo
y donde todo comienza
canto que ha sido valiente
siempre será canción nueva.
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