Por: Jaime Palau

-Debido a la lluvia. Los campos de juego tienen combinados espacios con tierra apisonada y pasto (estadios como el Eduardo Vasconcelos en Oaxaca o el Foro Sol en el DF tienen alfombra en vez de hierba), cuentan con gran capacidad para drenar y por eso hay juegos que continúan bajo la lluvia por algún tiempo, solo que cuando la parte de tierra se vuelve lodosa, empieza a ser peligrosa para los jugadores, el ampáyer principal determina cuando suspender temporalmente el juego, a partir de ese momento, cada media hora y por un máximo de tres veces, se asoma y verifica dos cosas, que haya dejado de llover y que el terreno puede volver a dejarse listo y en condiciones, si no es posible reanudarlo, se da por terminado, si al momento de la suspensión no se hubieran jugado cinco entradas, no se considera legal y por lo tanto nada de lo ocurrido pasa a estadísticas, es como si ni siquiera hubiera empezado, de ser posible se programa nuevamente para otro día, si el partido ya hubiera superado la quinta entrada, se da por concluido y el marcador es final y definitivo aunque fuera empatado.

-Por límite de tiempo. Cuando un partido se alarga porque ha sufrido suspensiones temporales o abundante anotación de carreras y dan las doce de la noche, debe terminar, no sucede en automático como en el cuento de la Cenicienta, continúa hasta completar la entrada que se esté jugando, siempre y cuando sea de la quinta en adelante.

-Por corte de energía eléctrica u otros accidentes. Nunca faltan en el transcurso de una temporada los imprevistos, un corto circuito que dañe la iluminación durante un juego nocturno, la caída de algún poste o barda en el perímetro del campo, algún loco que desde la tribuna lance un objeto lastimando a un jugador o a un ampáyer, una pelea entre los dos equipos que se vuelva demasiado grande e incontrolable, etc. aunque son hechos esporádicos pueden suceder suspendiendo un juego a criterio del ampáyer.

-Por un doble juego. El calendario de juegos se programa con mucha anticipación y no quedan días libres, el único día de la semana en que no se juega se aprovecha para traslados largos, por lo tanto cuando un juego se suspende y se reprograma, se debe realizar cuando vayan a enfrentarse esos mismos equipos, en un doble juego, a diferencia de las ligas de otros países donde ambos partidos se deben jugar a nueve entradas, en la Liga Mexicana de Béisbol solo se efectúan siete innings por encuentro.

 

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