Por: Isidro Ramírez López

En nuestros tiempos, la historia se ha ido revelando y complementando, la tradición oral ha sido estruendosa y ha hecho eco, y ese eco está sentando las bases de un estado oaxaqueño que es referente internacional por su multiculturalidad.

De África llegaron cargados de a montón en navíos del opresor, así comienza la dispersión de las tribus africanas que fueron saqueadas, familias completas quedaron dispersas, familias de la realeza africana no fueron la excepción, todas y todos esclavizados y vendidos al mejor postor.

Difícil la travesía del Atlántico, porque muchos esclavos y esclavas murieron en el camino, pero mayor el sufrimiento al llegar a la Nueva España, un lugar desconocido y más aún porque ellos eran de diferentes tribus y hablaban diversas lenguas, una estrategia muy bien pensada por los mercaderes ya que de esa forma evitarían sublevaciones.

La cara de la esclavitud trae consigo una carga que por cientos de años no se ha podido olvidar, así como no se podrá olvidar que los esclavos hombres de tez negra, cabello “cuculuste”, de grandes músculos, y de carácter fuerte, realizaron el trabajo pesado en sustitución de los indígenas caídos, fueron la mano de obra barata, sin ningún privilegio ni derecho.

La mujer esclava, jugó uno de los papeles más importantes pero el más sufrido, en las haciendas muchas de ellas fueron víctimas del maltrato de sus dueñas y de los señores de la casa, soportando el desprecio y humillación, así como el abuso sexual.

Muchos comentan, que las mujeres negras esclavas querían que su descendencia fuera libre es por ello que desde el principio buscaron la liberación de su linaje pese a la humillación y el sacrificio, digno de reconocer porque aunque los esclavos africanos quisieron mantener la pureza de sus orígenes finalmente ganó el mestizaje.

La liberación se buscó por diferentes medios y fueron varios actores los que en esa búsqueda intervinieron, es importante mencionar al príncipe africano Yanga, miembro de la familia real de Gabón, llegó a lo que hoy es Veracruz aproximadamente en el año de 1555, fue esclavo y trabajaba en las plantaciones de caña, escapó y le atribuyeron el pseudónimo de “Cimarrón” (haciendo referencia a los animales silvestres que se esconden en zonas casi inaccesibles), y se convirtió en el líder de las rebeliones negras en la zona montañosa de Veracruz, con ello es el primero en estas tierras en rebelarse a los españoles y conforma la primera comunidad libre de la esclavitud y de la opresión.

Durante la Guerra de Independencia destaca el afrodescendiente José María Morelos, quien se convirtió en jefe del movimiento, y el negro Vicente Guerrero quien fuera el primer presidente de México en forma, así como Juan Álvarez que por su color de piel era apodado “La Pantera del Sur” y quien fuera presidente en 1855.

Desde la esclavitud, el cimarronaje, la lucha insurgente y hasta el gobierno de la nación, los afrodescendientes en México han estado presentes, pero raramente la historia hace una mención reductivista y despectiva de los hombres y mujeres que también dieron patria y libertad a nuestro México, que vale decir que es un Afroméxico.

Hoy se ha gestado un movimiento no mayor a veinte años de esfuerzo organizado que busca hacer visible y que se reconozca por las instancias competentes los derechos del Pueblo Afromexicano que posee una historia, preserva sus costumbres, fomenta su cultura y que desea gozar de las garantías que posee todo mexicano, un pueblo que espera ser considerado en los Censos de Población como grupo étnico y por supuesto que en la Constitución de Oaxaca y la Constitución Federal espera ser reconocido como un grupo étnico más.

Esta historia afromexicana que en sí exalta la raíz africana pero que por nacimiento es mexicana, merece ser reconocida al Norte del País con los Mascogos, al Sur con la Costa Chica de Oaxaca y Guerrero, al Este con Michoacán y al Oeste con Veracruz, en toda la república con los diversos asentamientos afros existentes, que no se desconozca esta parte de la nueva Cultura General y de la historia oficial.

Las mayores acciones en beneficio de los pueblos negros no los ha realizado en Estado, lo han hecho los grupos organizados de la sociedad civil, que en los últimos años ha demostrado tener mayor empuje con eventos significativos como el Foro Afromexicanos y el Foro por el Reconocimiento, la Participación Social y Política de los Afromexicanos en Oaxaca, y el Foro Nacional: Poblaciones Afrodescendientes, todos con el objetivo de unificar fuerzas y esfuerzos en torno a la dignificación y reconocimiento de una cultura distinta a la indígena pero no menos vulnerable y discriminada.

Hace falta tanto por hacer para bien de todos los oaxaqueños y en general por los mexicanos, pero en demasía los Pueblos Afromexicanos viven en la plena orfandad, es por ello que hemos alzado la voz unánime expresando que “Nunca Más un México sin Pueblos Negros”.