Por: Guadalupe Zarza Briseño

Hace no mucho, cosa de un par de años, escuché por primera vez que mi empresa tenía un activo intangible muy valioso el cuál yo podía hacer deducible.

Me hablaron en “inglés”, pues no entendía bien qué me querían decir con un activo, algo físico, y además intangible, ¿algo espiritual?

Al igual que las empresas nosotros somos nuestra misma empresa, somos la imagen y esencia de ella, tenemos un sin número de intangibles, valiosísimos que no hemos aprovechado porque no somos conscientes que los tenemos.

Así que comencemos por darnos cuenta, espero explicarme. Al saludar a una persona ¿qué es lo que vemos primero? Exacto: su cara, su sonrisa, sus ojos, su tez, su peinado, su cabello, su ropa, su porte y si continuamos platicando nos damos cuenta si tiene cultura, si ha viajado si sabe del tema que habla.

Una linda sonrisa es el producto de una vida armónica en paz, unos dientes cuidados y blancos, son el producto de toda una vida de un buen cepillado, de visitas regulares al dentista, todo eso en algún momento tuvo un costo, tiene un costo pero no le ponemos valor a cada sonrisa que repartimos y sin embargo, cómo vende bien esa tarjeta de presentación ¿o me equivoco?.

Lo mismo para la piel, para el cabello, todo es producto de una buena alimentación, de un buen cuidado y todo costó, sigue costando y no le ponemos precio. Pero qué tal cuando queremos contratar un servicio de conducción o una modelo para un comercial, no cuesta lo mismo alguien desaliñado que una guapa y elegante modelo. La segunda invirtió en su imagen, la primera no tanto.

Eso precisamente son los intangibles, los que marcan una diferencia del resto de la gente pero que no les podemos poner un precio exacto, sin embargo valen y dan valor a lo que emprendamos.

En algún momento de nuestra vida nos  reinventamos, y al mirar nuestros intangibles, todos los tenemos, aprovecha al máximo tus conocimientos, tu experiencia, tus relaciones, tus aptitudes, tus dones, todo sirve para un cambio de rumbo o redireccionar el que ya tienes.

Las alianzas son indispensables, por muchos dones que tengas no puedes hacerlo todo ni saberlo todo, la estrategia de negocio o ganar-ganar es la que debe regir tu visión, sin tener miedo a compartir. Siempre será mejor para todos empezando por ti mismo.

Espero haber sido clara en cuanto a tu valía en intangibles, ellos los fabricas todos los días, son tu esencia misma, son tu diferencia como persona, como empresa y sí generan riqueza.

Un abrazo.