Por: Juan Pablo Vasconcelos

Para el pintor Juan Alcázar Méndez

Le agradezco a Juan Alcázar una infinidad de actos generosos. Le agradezco tanto los públicos como los personales. Su trabajo en las instituciones y su auxilio a los artistas de Oaxaca, en épocas no siempre favorables. En lo personal, sus palabras de aliento y el afecto de siempre.

Lo menciono porque esta misma semana, mientras conversaba con Ignacio Toscano, lo recordé con nitidez. Ignacio me decía: “Hay que invertir en el ánimo”. Y si hay una persona que lo ha contagiado siempre, ese ha sido Alcázar. Aún en las condiciones más adversas, Juan ha sido solidario en el más estricto significado del término: es y será siempre un compañero en las mejores causas del arte y la cultura, la causa de las personas.

Ejemplo de causa lo es sin duda el propio Ignacio Toscano, quien con la apertura del quinto Encuentro Académico y Musical Instrumenta en nuestro estado, demuestra que es posible ir consolidando causes para el talento artístico y que el músico de Oaxaca no desmerece cuando se trata de intercambiar conocimientos con exponentes mundiales. El Encuentro en mucho se le debe al ánimo del propio Ignacio, quien ha debido echar mano de su pasión por la música y por una vocación casi innata por la gestión y la promoción cultural.

Es el caso de Lila Downs, que hace un par de días recibió el Grammy Latino por “Pecados y Milagros”. Es verdad que Lila no necesitaba el Grammy para llevarla en la memoria. Pero como sucede con los premios, son ocasión para que el mérito se exprese en palabras. En lo personal, desde que escuché hace mucho aquel “Border (La línea)”, quedé prendado de su voz y su actitud. Luego, la comencé a seguir por otras razones más: su apoyo a las mujeres indígenas. Otra vez, por su solidaridad.

Lo es Shinzaburo Takeda, a quien el emperador Akihito ha otorgado este noviembre la medalla de la Orden del Tesoro Sagrado. Takeda fue a Japón, al Palacio Imperial, para ser reconocido por lo que hace en Oaxaca, por “su destacada labor como maestro de varias generaciones de artistas plásticos oaxaqueños”, principalmente en la Escuela de Bellas Artes de la UABJO, donde es maestro desde 1979.

Lo mismo Carlos España o Kalu Tatyisavi, el oaxaqueño ganador del Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Mexicanas de este año por “Tzin tzun tzan”. El logro de España, desde mi perspectiva, debe llevarnos a revisitar el tema de la extinción de numerosas lenguas indígenas en el estado; el Ixcateco, el Chocholteco, el Zoque, el Chontal, entre otros.

Sergio Hernández abrió también exposición en Cádiz. “Oaxaca de Juárez, Oaxaca”, se denomina el grupo de trabajos que presenta en el marco de los 200 años de la promulgación de la Constitución de Cádiz. “Nos hace reflexionar sobre los límites indispensables de la Modernidad y el Liberalismo que vivimos en los países de América Latina”, dice la descripción oficial de la presencia.

Con 17 años, alumno del Colegio de Bachilleres de “Estación Vicente”, Juan Manuel Zeferino Beltrán Cruz, es el joven Campeón Nacional de Oratoria de los Colegios de Bachilleres en el país. Ganó en tercera ronda de desempate hace algunos días en Tlaxcala, con el tema “El pensamiento liberal de Benito Juárez”.

Y así podría continuar mencionando a oaxaqueños de primera línea que deberían estar cubriendo las ocho columnas, las fotografías destacadas de los medios, los comentarios de pasillo y sobremesa en nuestras ciudades. Sobre los que deberían tratar nuestras columnas y no sobre rumores, cotilleos y obuses politiqueros.

Esos oaxaqueños son los mismos que se desentienden de la simulación y se dedican a trabajar afanosamente en lo que creen. Son los mismos que no se detienen en los cortes de listón, las entregas simbólicas, los aplausos ceremoniales. Son los oaxaqueños que hacen que nuestra maquinaria social continúe funcionando.

Reconocer y recordar su trabajo, su actitud, es una manera de “invertir en el ánimo”, una muestra de las posibilidades abiertas a pesar de las adversidades.

Porque creo, lo sigo diciendo, que es en la dificultad donde hay oportunidad, que de la confusión sobreviene la revelación, que es en la enfermedad cuando se piensa en los remedios.

Foto: @Taller Juan Alcázar