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24 de Noviembre de 2012

Por: Hugo Granero, Comentarista de Medios

Siempre se agradece que medios internacionales promuevan la belleza y cultura de Oaxaca. El problema comienza cuando es demasiado evidente que el material que publican está hecho a distancia y sin una investigación medianamente rigurosa.

Es el caso de la nota «Las seis razones que hacen de Oaxaca un destino inolvidable», aparecida en CNN-México el 23 de Noviembre de 2012, firmada por Paige Penland.

En referencia a esa nota, tomo el número que es cabeza de este texto, el seis, pero no necesariamente porque se agotaran los imprecisos términos y datos contenidos en aquella que, por el contrario, son más numerosos.

«La ciudad de Oaxaca es una joya arqueológica que ofrece a sus visitantes delicias gastronómicas, atractivos turísticos y diversas artesanías», comienza su artículo. Sin embargo, es claro que la Ciudad de Oaxaca no es ‘joya’ de tal tipo. En efecto, muy cerca se encuentran Zonas Arqueológicas de primer orden, como Monte Albán, pero considero desacertado el calificarla en esos términos. De hecho, es por otro méritos (su trazo o arquitectura posteriores) que fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Luego, la nota aduce: «la ciudad de Oaxaca (con una población de 3.8 millones)». En este punto, me parece entrever que el autor confunde la Ciudad de Oaxaca con el estado de Oaxaca, lo cual a todos nos puede pasar, tampoco se trata de molestar a nadie; pero cuando el autor dice que Oaxaca cuenta con «unos 533 kilómetros de gloriosas playas en el pacífico», es entonces cuando comenzamos a identificar cierto patrón de falta de rigor en el artículo, pues el dato del INEGI difiere del señalado por el articulista (568). Entonces, ¿cuál habrá sido su fuente de consulta?

Cuando ya las cosas pierden completo sentido es cuando Penland habla de las salsas propias de nuestra gastronomía. En particular la que acompaña a las tradicionales ‘tlayudas’. Leamos: «las tlayudas (delgadas pizzas oaxaqueñas), chocolate picoso y asado, salsa estilo barbecue, que se cocinan sobre planchas humeantes en los mercados».

¿Habrá sido el traductor? ¿Será el culpable de la utilización de estos términos algún guía desidioso que permitió que Penland se fuera de Oaxaca creyendo que el frijol es chocolate y la salsa de tomate o chile guajillo es «estilo barbecue«?

Aunque la pregunta de rigor es: ¿habrá venido el articulista a Oaxaca para poder escribir de las seis razones que la hacen inolvidable o sólo seleccionó datos del internet para preparar un encargo editorial?

Esa línea se fortalece, para terminar, cuando el artículo señala: «Los dominicos construyeron varias iglesias colosales en los pueblos que rodean a la ciudad, quienes usaron ladrillos sacados de los templos precolombinos». Ya el uso de la expresión ‘templos precolombinos’ despierta cierta suspicacia pero que se diga ‘ladrillos’, nos confirma que hay un riesgo severo cuando un medio tan respetado como CNN publica recomendaciones de viaje de este tipo.

Hasta este día 268 personas habían recomendado el artículo de Penland por redes. Cuando esos viajeros lleguen a Oaxaca, les aclararemos algunos puntos importantes como que en El Jardín Labastida ya no se venden artesanías, esa «colorida selección de orfebrería de calidad».