Por: Alfredo Woolrich

El calificativo de polémico parece una característica inalienable de José Mourinho. Con el Barcelona 11 puntos por delante en la clasificación y con un probable ultimátum implícito por parte de las altas esferas merengues, el técnico portugués afronta este sábado una edición más del derby en contra del Atlético de Madrid. Las estadísticas a favor de los blancos (23 partidos invictos, última derrota en 1999) parecen simplemente un recuento histórico que podría cambiar drásticamente este sábado y alejar cada vez más al Real Madrid del título de Liga y afianzar a los colchoneros como sublíder a la espera y caza de los blaugranas.

La rueda de prensa previa al derby 162, recogió algunas declaraciones particulares, pero cada vez más repetitivas por parte del lusitano: “A mí me aplauden y me pitan. A ti no (dijo a un periodista) porque les eres indiferente. Si quieren pitarme estaré a las 21:00 en el campo. Tengo muchos años de fútbol como para que me afecte. Espero que la gente apoye al equipo para que gane el partido”.

Cuestionado sobre su futuro tras el encuentro, Mou fue escueto. Se limitó a afirmar: “No me juego nada” y dar una retahíla acerca de la felicidad de disputar un partido aún perdiéndolo:“Si ganas, disfrutas mucho. Si pierdes, al final, también disfrutas”.

Se refirió a Diego Simeone, técnico rival, como una persona con la que mantiene una buena relación a pesar de su condición: “Le conocí hace años, cuando estaba en el Inter, y he mantenido contacto con él. Me alegro de que las cosas le vayan bien, sobre todo en Europa, donde no chocan nuestros intereses. ¿Que abre la puerta del entrenamiento a sus seguidores y yo no? No opino. Seguro que entrenan estrategia y táctica. Seguro (sonríe)”.

Acerca de la diferencia que ya parece abismal contra el Barça, se fue por la tangente: “Las cuentas se hacen al final”, “Hay que ir partido a partido”, “Siempre jugamos con la intención de ganar pase lo que pase”. La coronación a su ego, al menos por esa noche, recayó en una declaración respecto a las críticas cernidas sobre su persona: “Pegarme es el deporte nacional y me alegro, porque así hago feliz a la gente. No pasa nada”.

El ex técnico del Chelsea se hace el fuerte, sobre todo cuando intentan echarle a sus jugadores en contra. No le importa lo expresado por sus futbolistas, solo quiere que tengan la mentalidad de Mourinho en el terreno de juego. A la vez que la prensa le cuestiona el funcionamiento merengue contra Betis la jornada pasada, el portugués con su tradicional estilo frontal declaró: “En ese partido hubo tres equipos. Uno que estuvo muy bien y dos que estuvieron mal. Mañana me gustaría que estén dos bien y uno mal. El Madrid y el árbitro bien, y el Atlético mal. Aunque como me gusta el fútbol quiero que estemos bien todos”.

Finalmente abordó los temas relacionados con la inclusión de canteranos en sus convocatorias y parece que calmó las aguas con Toril, entrenador del Castilla. Mou declaró positivamente sobre Rodríguez y su participación en la Copa del Rey, y dejó en claro la posibilidad de seguir echando mano del fútbol base.

Mourinho sabe que no es su período más cómodo al mando del Madrid. Constantemente cuestionado por temas relacionados a su equipo y no tanto, el lusitano se desmarca en el tema del Balón de Oro: “No tengo tiempo para pensar en ello”, refiriéndose a las vacaciones que Guardiola se está tomando y a Vicente del Bosque, quien no tendrá partido sino hasta dentro de tres meses.

La duda ronda al Santiago Bernabéu. Desde 2010 la cabeza del lusitano nunca había estado tan expuesta. A pesar del aceptable paso en Champions League, hay otros factores en juego que podrían desatar la caja de pandora en los próximos días para el madridismo. En caso de perder o de no hacerse con los tres puntos este sábado, la Liga estará perdida para los blancos y los afanes de reelección de Florentino Pérez, quizá se inclinen por cortar a Mourinho para enmendar el lóbrego camino merengue. Y, si a esto le sumamos, que volvió a encarar a los periodistas en rueda de prensa, diciéndole a alguno que él no era importante, es posible que los medios se le echen encima al sentirse nuevamente atacados.