Por: Adrián Ortiz Romero

+ Respaldar o no la reforma: zona minada

Si las cosas siguen según su curso, dentro de algunas semanas el gobierno de Oaxaca podría tener un problema importante frente a la reforma educativa: como la iniciativa de reforma es de carácter constitucional, ésta necesariamente necesitará del aval de la mitad más uno de los Congresos de las entidades federativas mexicanas. Si la Legislatura oaxaqueña (que está controlada mayoritariamente por el grupo gobernante, y con visos de alianza con la Sección 22 del SNTE) avala la reforma, habrá un incendio político seguro; pero si no lo hace, Oaxaca institucionalizará el rezago educativo y el chantaje magisterial ya no como una condición accidental, sino como algo expresamente aceptado.

En efecto, ayer que se cerraron las sesiones de esta semana en la Cámara de Diputados, quedó previsto que la reforma educativa se discuta a partir del próximo martes. Sobre eso, las tres principales fracciones parlamentarias en el Congreso de la Unión, han enviado señales claras de que la discusión de la reforma será poco polémica, y que en un lapso relativamente corto de tiempo ésta podría ser aprobada por las dos cámaras federales, para luego pasar por el proceso de convalidación de las Legislaturas estatales. Esto podría constituir el inicio de una nueva resistencia y presión magisterial. ¿Por qué?

Porque nuestro país tiene una Constitución General que contempla una forma rígida de reforma. Esto es que, a diferencia de una reforma de ley ordinaria —en la que para adquirir la fuerza de ley sólo se requiere la mayoría simple a favor de los integrantes de las dos cámaras y la promulgación y publicación por parte del Ejecutivo—, en el caso de las reformas constitucionales la aprobación del proyecto debe contar con el respaldo de las dos terceras partes de los integrantes de las cámaras de Diputados y Senadores, y además contar con el voto a favor de la mitad más uno de las Legislaturas de los Estados. Es decir, de 17 de los 32 Congresos locales.

En esa dinámica entrará, involuntariamente, Oaxaca. Ésta, que ha sido en la que más se ha discutido el problema magisterial —político y educativo— en el país, es también la que paradójicamente ha tenido menor voluntad de cambio. Y contrario a lo que pudiera pensarse, el magisterio oaxaqueño es realmente de los sectores educativos menos progresistas del país, y es parte esencial de quienes más resistencias han tenido a cualquier posibilidad de deponer sus intereses particulares y gremiales, en aras de que la educación mejore.

De hecho, una y otra vez la Sección 22 ha presionado al gobierno y a la sociedad, hasta el grado del chantaje, para que acepten a pie juntillas sus exigencias, independientemente de que sus posiciones tengan o no legitimidad. Por si fuera poco, hace seis años se aliaron con el grupo opositor al que entonces gobernaba la entidad, y al paso del tiempo contribuyeron al triunfo de ese grupo en los comicios de Gobernador.

Por eso, de 2010 a la fecha, la 22 ha sido más altiva que antes frente a todos los oaxaqueños, más exigente que nunca con el gobierno, y más hostil, en general, a cualquier posibilidad de cambio que afecte cualquiera de sus intereses. Sienten que ellos también ganaron las elecciones. Pero lejos de asumir cierto grado de responsabilidad por la gobernabilidad, la educación y la situación social de la entidad, lo que han hecho es cobrar dividendos con toda ventaja.

PROBLEMA POLÍTICO EN PUERTA

Oaxaca puede o no manifestarse a favor de la reforma educativa del presidente Peña Nieto, y ésta de todos modos puede convertirse en norma constitucional. No obstante, la sola discusión sobre esa reforma educativa en la entidad será un parte aguas sobre la forma en cómo se conciba el tema por parte del grupo gobernante, y por la coalición de partidos que hoy integra la mayoría en el Congreso del Estado. ¿Por qué?

Porque el PRI gobierna en 20 de las 32 entidades federativas que integran la República Mexicana, y con el solo voto a favor de la reforma educativa en esos veinte estados, la modificación constitucional se consolidaría y tendría el aval suficiente para convertirse en norma suprema. Sin embargo, aún con eso Oaxaca debe manifestarse en favor o en contra de la reforma. Y ahí es donde se verá de qué tamaño es la presión magisterial frente al gobierno y los partidos políticos, y qué tanto sustento tienen uno y los otros para tomar decisiones con independencia y no con supeditación al poder fáctico que es en Oaxaca la Sección 22 del SNTE.

Y es que no extrañará, en lo más mínimo, que la 22 presione con todo para que la Legislatura local vote en contra de la reforma educativa. Esa sería una expresión clara de la preponderancia y fuerza del magisterio democrático de la CNTE, y también sería un mensaje claro en relación a que la resistencia magisterial irá con todo, a pesar de que juntos no puedan constituir una fuerza suficiente para impedir la consolidación de la reforma. Empero, si llegara a imponerse ese criterio sería tanto como una aceptación expresa de que en la entidad, el Estado —o al menos las élites gobernantes— se encuentran bajo el dominio manifiesto del magisterio, y que éste es quien tiene todos los hilos de las decisiones de Estado.

De hecho, la traducción de una decisión de tal calado sería la relativa a que en Oaxaca, por voluntad plena, el estado, los partidos y los gobernantes, están de forma voluntaria, y aceptada, bajo el dominio del chantaje magisterial, del cual no sólo no quieren zafarse, sino que en realidad no aceptan y defienden en el terreno de la legitimidad y de las instituciones.

Si, por el contrario, la decisión de la mayoría legislativa tiende a favorecer a la reforma del presidente Peña Nieto, entones se estará dando un respaldo a un nuevo escenario para la educación, que intenta romper, o cuando menos disminuir, los cacicazgos, la concentración de poder, y el atraso, que tiene la educación en México. El problema es que, cualquiera que sea la decisión, la previsión es incendiaria.

ASPIRACIONES

No es gratificante que, en el pasado reciente, el gremio periodístico no tenga espacios de representación en los Poderes del Estado. Ha habido varios intentos, lamentablemente infructuosos. Pero hoy, para el proceso electoral 2013 Rubel Salinas Vásquez, compañero y amigo de la Cortv, ya alzó la mano para manifestar su aspiración de ser diputado por el distrito 10 de Ejutla. Lo respaldan su trabajo y profesionalismo a toda prueba. Ojalá que los partidos demuestren su apertura a la ciudadanía respaldando su candidatura.