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31 de enero  de 2013

Por: Alfredo Woolrich

Por la mente del aficionado oaxaqueño no se guardan gratos recuerdos de los Chapulineros propiedad del Grupo Pegaso ni del Cruz Azul Oaxaca de la extinta Primera División “A”. Ambos proyectos arribaron a la Verde Antequera, con el objetivo de brindar un equipo digno de la entidad en la antesala del máximo circuito del fútbol profesional en México.

Con más pena que gloria pasaron las escuadras morada y azul. Ninguna logró el arraigo deseado dentro de los amantes del fútbol en la ciudad. Como máximo logro se tiene la final perdida por los cementeros ante Puebla en el Torneo de Apertura 2005.

Desde la mudanza a Hidalgo de la filial de la Máquina en 2006, han sido varios los rumores que han vuelto a colocar en la liga de plata a una escuadra de nuestro estado, desde los intentos del Grupo Prosesa por hacer resurgir a los Chapulineros comprando la franquicia de los Tecos UAG, hasta la supuesta llegada de los Guerreros de Acapulco. Entre dimes y diretes, nunca se concretó la oncena oaxaqueña que habría de jugar en el Estadio Benito Juárez.

Para finales de 2012 se anunció un nuevo proyecto. Javier San Román, ex futbolista profesional y heredero de una dinastía relacionada al deporte, formalizó la llegada a Oaxaca de un nuevo equipo que habrá de competir en el Ascenso MX. Con el apoyo visible del Gobierno del Estado y del reconocido empresario y filántropo Alfredo Harp Helú, el destino de este nuevo club de fútbol inicia con el pie derecho.

La experiencia en el mundo del balompié profesional empezó con el denominado Proyecto Tecamachalco. Un equipo de Tercera División, que tiene por objetivo ser semillero de futbolistas de la Ciudad de México y zona conurbada, pero sobre todo brindar una formación integral a sus atletas, ya que el camino para llegar a Primera División es arduo y solo unos pocos talentos desarrollados en las entrañas del club como Jerónimo Amione o Pikolín Palacios lo han conseguido.

Esta misma filosofía llega por parte de la familia San Román, para el naciente proyecto en Oaxaca. El impacto social no se limitará al plano deportivo, pues se planea una relación activa por parte de la plantilla con los habitantes del estado mediante la visita a hospitales, impartición de clínicas, entre otras acciones a realizar.

Javier San Román, quien fungirá como presidente de la institución, compara el caso con lo que actualmente ocurre en Tijuana. Una ciudad que durante años albergó al club Chivas Tijuana, pero que nunca logró arraigo en la población, al igual que sus sucesores Gallos Tijuana, franquicia llegada desde Aguascalientes. Años después, encabezados por una nueva directiva con un proceso serio y objetivos específicos, los Xoloitzcuintles se consolidaron en la Liga de Ascenso. Actualmente, a 6 años de su fundación, el equipo es el flamante campeón del fútbol mexicano y disputa la Copa Libertadores, el torneo de clubes más importante del continente americano. Si esto no fuera suficiente, cada 15 días que el Estadio Caliente abre sus puertas para albergar los partidos de los Xolos, se calcula una derrama de entre 7 y 8 millones de dólares para la ciudad de Tijuana.

A diferencia de lo ocurrido con Cruz Azul y Grupo Pegaso, el directivo Javier San Román asegura que llegaron a Oaxaca con la intención de quedarse, y para esto se han trazado metas muy claras. En primer lugar e involucrando a la sociedad oaxaqueña, la elección del nombre correrá a cargo de los aficionados mediante la inscripción de propuestas en el sitio del Gobierno del Estado. Los finalistas serán votados en una encuesta vía electrónica.

En la parte deportiva se planea complementar el equipo surgido de Proyecto Tecamachalco y que actualmente compite en la Segunda División Premier bajó el nombre de Cuautitlán, con elementos nacidos o radicados en nuestra entidad. Estos futbolistas serán captados a través de diversas visorías dirigidas por Rolando Ávila Cárdenas, Director Técnico del club, y estas se efectuarán en puntos importantes del estado. El club cuenta actualmente con el defensa Irvin Díaz Habana oriundo de Juquila.

Cuando el calendario indique julio de 2013, la escuadra oaxaqueña iniciará su aventura en el Ascenso MX. Llegará como equipo recién ascendido, por lo que tendrá una dura lucha contra el porcentaje para no perder la categoría. La directiva lo tiene claro y promete refuerzos de calidad que en su momento se darán a conocer, no sólo para consolidarse en la división, sino para clasificar a la Liguilla en alguno de los primeros dos torneos. Las zonas de la cancha en las que llegaría gente nueva, incluso no se descartan extranjeros, son la defensa central y dos hombres de ataque. El siguiente objetivo es ascender a la Liga MX en un lapso no mayor a tres años.

El nuevo club oaxaqueño es un hecho. La directiva encabezada por Javier San Román promete romper los paradigmas del fútbol profesional en nuestro estado. Con 6 meses más de planeación, aún se esperan noticias respecto al nuevo estadio que empezará a construirse una vez finalizadas las evaluaciones técnicas de las diversas opciones, aunque de inicio el Estadio Benito Juárez podría volver a recibir fútbol profesional del Ascenso MX.

Con la convocatoria abierta para elegir el nombre, el club de fútbol de nuestra ciudad, espera brindar alegrías a una afición ávida de éxitos deportivos. Las formas parecen correctas y el tiempo será el mejor juez para la directiva, empresarios y el Gobierno del Estado que apuestan por el fomento deportivo, social y económico mediante el deporte predilecto de los oaxaqueños.