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17 de julio de 2013

eloriente.net (Oaxaca, Oax.) 17 de julio de 2013.- A solo unas cuatro cuadras al norte del Centro de la Ciudad de Oaxaca nos encontramos con uno de los monumentos históricos del estado, con el templo dedicado a la Virgen del Carmen conocido como templo del «Carmen Alto».

Este conjunto arquitectónico está integrado por el atrio, el ex convento de los Carmelitas Descalzos ocupado actualmente por el arzobispado y las oficinas del registro civil y el área de la huerta que se encuentra ocupada por el CAO y por una escuela de educación primaria y preescolar. En el exterior se encuenta la plaza o jardín del Carmen, espacio en el que actualmente los artesanos exponen sus productos, en el que los jóvenes practican algún deporte, o donde se realizan conferencias y presentaciones culturales.

El templo está rodeado por una portentosa barda de mampostería con dos puertas que dan acceso al atrio; una en la esquina suroeste, al lado del depósito de agua que llegaba desde San Felipe del Agua por el acueducto de mampostería construido en 1757, gracias al apoyo del Ayuntamiento y a la ayuda financiera del señor Sánchez Pascuas.

De este tanque se llevaba el agua al ex convento de Santo Domingo de Guzmán y por un canal a cielo abierto hasta la fuente que se encontraba en el centro del Zócalo, la que fue sustituida por el kiosco durante la segunda mitad del siglo XIX.

El templo del Carmen Alto mira al poniente y su planta tiene forma de cruz latina. El brazo sur se extiende dando origen a una capilla dedicada a Santa Teresita de Jesús. La nave principal está cubierta por una serie de bóvedas vaídas, en tanto las del transepto y la de la capilla tienen bóvedas de cañón corrido con lunetos. El crucero y el presbiterio se cubren con cúpulas gallonadas sobre tambor octogonal. En el centro del altar principal se encuentra la imagen de la Virgen del Monte Carmelo.

Los nártex en la fachada principal son ejemplo de los utilizados para el descanso de aquéllos que por alguna razón no entraban al templo o aún no era bautizados. Al frente, en el primer cuerpo de la portada se admiran tres vanos recortados con arcos de medio punto y uno lateral, que descansan en voluminosos cuerpos poligonales de columnas construidas con piedra de cantera verde.

El atrio es espacioso, se cubre con árboles frondosos que no permiten admirar a plenitud el diseño de las portadas, pero que proporcionan frescura a todos aquellos que llegan de visita o a disfrutar de las actividades que se organizan durante el año. Por ejemplo, los domingos en la mañana, un grupo de personas del barrio se reúnen para ofrecer tamales, quesadillas, pan, chocolate, y las ganancias que obtienen las aplican en alguna obra de restauración o remodelación de este espacio que poco a poco ha ido recuperado su singular belleza o para ayudar a los pobres, enfermos o ancianos. En el 2011 se realizó por el Instituto Cultural de Oaxaca la remodelación del atrio, renovándose el piso y remodelando las jardineras.

Las crónicas nos cuentan que en el año 1486, llegaron a este Valle un puñado de soldados mexicas enviados por el Rey Ahuitzol, quienes establecieron su campamento en un lugar cercano al actual mercado Benito Juárez Maza, denominando a esta comarca como Huaxyacac, que quiere decir, en la «punta o en la nariz de los huajes», porque el árbol que da esta vaina proliferaba en estas tierras. La intención era vigilar los movimientos del pueblo zapoteca con sede en Teozapotlan (Zaachila) y proteger el paso de los mercaderes mexicas que se dirigían al sur.

Poco después, los mexicas se posesionaron de las tierras que ahora conocemos como barrio de Xochimilco y decidieron construir un teocalli o adoratorio en la cima de un montículo cercano en donde realizaban la festividad dedicada a los grandes señores, esto es a la diosa Centéotl, diosa de la abundancia y las buenas cosechas. Esta festividad se realizaba en el año trece tecpal, que a la llegada de los frailes carmelitas coincidió con la festividad dedicada a la virgen del monte Carmelo, por eso se siguieron realizando algunas festividades en este lugar.

Hay que recordar que a la llegada de los españoles, se mandó destruir el antiguo teocalli mexica y en su lugar se erigió la ermita de la Santa Vera Cruz, que  tiempo después quedó abandonada, por lo que al arribar a la Nueva Antequera los frailes Carmelitas Descalzos, el obispo Tomás de Monterroso, les concedió que ocuparan lo que quedaba de esa antigua edificación. Los frailes aprovecharon la oportunidad y construyeron el templo que conocemos, auxiliados por el eminente filántropo portugués don Manuel Fernández Fiallo.

La festividad de la Virgen del Carmen marca el inicio de las fiestas de los Lunes del Cerro, que se realizan los dos lunes siguientes a esta celebración.

 

Fuente: Rubén Vasconcelos Beltrán. Cronista de la Ciudad y Miembro del Seminario de Cultura Mexicana.